4 cosas que las casas de apuestas no quieren que sepas
Los 4 secretos de las casas de apuestas que no quieren que sepas
1. Nos tienen controlados
Es evidente, ¿no? Como empresa que son, saben qué cliente les hace un agujero de 10.000€ al mes y cual se deja hasta las pestañas. Qué menos que saberlo. Como los grandes casinos, que tienen listas de jugadores VIPs (traducido: aquellos que se dejan en un fin de semana tu sueldo anual de un lustro) y lista de jugadores que no son bienvenidos.
El problema viene cuando, como con los grandes casinos, no sólo se recompensa a los VIPs con suites de lujo y todo incluidos (en las apuestas, serán bonos, apuestas gratis,...), sino que a la lista de no bienvenidos, exactamente como en los casinos, te prohiban apostar.
¿Que cómo lo hacen? No te cierran la cuenta y ya está. Te van limitando. Las famosas limitaciones. De repente tu tope máximo en partidos de liquidez moderada no supera los 20€... al día siguiente, son 4,5€... Cuando te quieres dar cuenta, no te merece la pena apostar en nada de esa casa de apuestas, porque las cantidades que mueves son irrisorias.
2. Las casas de apuestas comparten información entre ellas
Muy poca gente sabe exactamente cómo lo hacen, pero todos en algún momento nos hemos dado cuenta de que algo extraño pasaba. Haces una apuesta en una bookie y de repente, en otra distinta, empieza a salirte publi de ese mismo evento. Es raro. Es como cuando hablas de aspiradoras delante del móvil y en Amazon no deja de salirte anuncios de la roomba.
Pues las bookies hacen algo parecido, sólo que van más allá: comparten información sobre jugadores que practiquen el arbitraje. Para quien no lo sepa, y por hacerlo breve y conciso, el arbitraje consiste en apostar a una opción y su complementaria en dos bookies diferentes de forma que, pase lo que pase, ganes. Si apuestas 100€ a cuota 2,10 al over 2,5 goles en un encuentro y otros 100€ a cuota 2,10 al under 2,5 goles en otra bookie, ganas seguro. No siempre es tan sencillo y hay que hacer alguna que otra operación matemática más para asegurarte la rentabilidad, pero el arbitraje es algo legal, útil y, por desgracia, a las bookies no les mola un pelo. Así que, ten por seguro que, si lo haces, lo sabrán.
3. Saben que estás apostando con el DNI de tu vecino
Sabiendo que esto es una técnica ilegal y que para nada recomendamos desde Legalbet, la compra de DNI ha sido un boom en el mercado apuestil por las limitaciones. Pero las bookies no es que sean precisamente tontas y merced a una cosita llamada IP, saben que aunque se llamen diferente en el perfil de la cuenta, el señor sentado detrás de la pantalla es el mismo.
Ni que decir tiene que las consecuencias de suplantar identidades, compra de identidades y, sobre todo, pretender cobrar con identidades falsas es un problema del copón y que muy probablemente nos estemos metiendo no ya en un lío con el dinero, sino en delitos de no poca enjundia.
4. Apuestas en desventaja
Antiguamente, las cuotas las colocaban 4 chiflados que sabían de todo lo necesario para ser mejor que tú en cualquier deporte. Se les conocía como analistas. Y, aún siendo humanos a los que no les daba la luz del sol, solían ganar al 95-97% de la gente en el largo plazo.
Hoy no es que te pegues con esa gente (que ya nos daba 1.000 vueltas). Es que te pegas contra un ordenador con una IA tan potente que es capaz de predecir movimientos masivos de dinero en cuestión de segundos. ¿Nunca te ha pasado de estar monitorizando una cuota, que aparezca una lesión importante y, antes de que pasaran 5 minutos desde el inicio del rumor, la cuota ya había cambiado? El mundo hostil y voraz en el que vivimos nos exige tanto que solo una máquina es capaz de llegar a ello. Por eso, algunas herramientas permiten meter apuestas si la cuota llega a cierta cantidad.
El exchange, por ejemplo, es buena opción, porque siempre habrá alguien que te compre esa apuesta a la inversa. Pero como pretendas conseguir pillar el cambio de tendencia justo en la cúspide del movimiento, vas a tener que ser más rápido que un ordenador (o miles de ellos en cadena).