3 errores que debes evitar cuando apuestas en directo
Todos hemos apostado en directo viendo un evento deportivo, pero casi siempre suele ser más recreativo que intentando hacer algo de provecho. Así que, si quieres ponerte en serio, estos son los 3 errores más frecuentes que se suelen cometer (y, por tanto, los que debes evitar).
Esperar demasiado
Solemos ver los encuentros analizando tendencias: viendo cómo un equipo de fútbol ronda el gol, como un ciclista busca con cada pedalada la fuga del día, ese break point en tenis que hace que uno de los dos tenga medio set hecho...
Ante esto, solemos esperar a que la cuota vaya subiendo, confiando en que no suceda todavía. Mal. Error. Pero no está mal hecho por intentar coger la cuota más alta posible, que es lo idóneo; sino por esperar demasiado. Tienes muchas opciones de que eso que estás viendo tú, lo vea más gente y entre a esa opción, con lo cual bajará o, directamente, suceda, con lo que habrás perdido la ventana de oportunidad.
En el momento en que un evento al que tú le estimes un porcentaje sea ofrecido a una cuota inferior a tu porcentaje (más un margen prudente), debes probar la apuesta. ¿Para qué esperar? ¿Para que otro haga lo mismo antes que tú, para que suceda y pierdas la portunidad? Si has estudiado el mercado y ves que esa apuesta es EV+, no lo dudes demasiado.
Calentarse la cabeza
Esa victoria de un equipo grande que llevas en pre, que no cambia el resultado y no deja de subir con el 0-0; el equipo de NBA que no termina de coger distancias y el hándicap al que le tenías echado ojo no termina de alcanzarse, y la cuota sube... y, claro, te calientas. Y entras a cuota 1,98. Y a 2.00. Y a 2.10. Y a 2.25... Al final llevas stake 49 a la misma apuesta con tanta calentada y reentrada a la misma apuesta. ¿Y si la fallas?
Por eso, una vez que tienes la apuesta pensada y bien clara, entra, pero una vez. Sólo una. No pongas demasiados huevos en la misma cesta que luego pasa lo que pasa. Además, lo estarás haciendo por el calentón y la adrenalina del momento. Es un error muy frecuente (sobreestimación de probabilidades de un evento) que nos aboca a seguir insistiendo en la misma apuesta porque vemos tan claro que algo va a pasar que dejamos de ser capaces de calcular fríamente cómo de convencidos estamos.
Apostar sin pensar en la rentabilidad
Cuando llevas ya tiempo apostando, entiendes cuál es el quid básico de la cuestión: aunque lo recomendable es siempre apostar como hobby o por pasar el rato, cuándo esta es la única motivación a veces puedes verte abocado a acabar perdiendo dinero (hablando siempre del largo plazo). Pero cuando te pones en serio, la cosa cambia. Buscas emoción y entretenimiento en las apuestas. Y también buscas rentabilidad.
Si ya has dejado atrás esa primera fase por la que todos pasamos, estarás planteándote cómo estrujar más y más a las bookies. El directo puede ser una buena opción siempre que tengas la cabeza bien fría, no te calientes si lo que va pasando en el encuentro se encamina en la dirección opuesta a tus intereses y sepas valorar en su justa medida las probabilidades de cada evento.
¿Cumples los requisitos? Estupendo, inténtalo. Siempre se puede rascar algo y la liquidez suele ser algo mayor en live, sobre todo en eventos pequeños. Eso sí, ten cuidado con las tendencias de las cuotas, cambian en un pestañeo.
¿Te parece demasiado complicado mantenerte ajeno a lo que suceda en el estadio/cancha/carretera o lo que sea? Pues, amigo, es mejor que dejes el live fuera de tus intereses, porque es muy probable que acabes perdiendo dinero.