¿Por qué odian a Pep Guardiola?
Pep Guardiola es, seguramente, el mejor entrenador del mundo del fútbol. Es una realidad que, si no lo es, cerca estar de ser 100% objetiva y sentenciada. Sin embargo, pese a su prestigioso estatus en los banquillos, muchas y muchos son los que siguen destacando sus cosas negativas, sus supuestas carencias por encima de uno de los mejores historiales de la Historia.
¿Por qué Guardiola tiene haters? Digamos que lo siguiente hizo o hace daño:
- Sus equipos tienen mucho éxito. Y eso duele. Podría decirse poco más para entenderlo perfectamente, pero cuando hay un equipo que adquiere tintes de intratable, sus enemigos, sus rivales, verán en ello una barrera complicada de batir. Pura impotencia.
- Su estilo de juego no se queda en las victorias, sino también en el estilo. Su FC Barcelona, su Bayern de Múnich y su Manchester City no sólo ganan, no sólo son equipos muy complicados de batir, sino que lo hacen con una personalidad y una filosofía totalmente detectable. El estilo de Guardiola ya ha triunfado en España, Alemania e Inglaterra, tres países totalmente diferentes en lo futbolístico.
- Ha liderado equipos muy poderosos. Muchos aseguran que nunca entrenará un equipo menor, allí donde pueda no tener éxito, allí donde su filosofía no tendría el mismo valor. Por ello, no tiene mérito, porque entrena grandes proyectos. Te tienes que reír. ¿No será que es uno entrenador respetado y prestigioso y son los grandes clubes los que le desean y tienen opciones de ficharle?
- Es catalán. Sí, tal cual. No es un argumento futbolístico, ni deportivo, pero es así. Sobre todo en España, sobre todo desde ese gran círculo proveniente de cierto sector central.
- Trabaja en uno de los clubes más señalados y él da la cara. No se arruga. Las condiciones monetarias y económicas del Manchester City han sido puestas en duda en más de una ocasión, han sido investigadas más de una vez. Ahí, en ese gran foco, en ese tema tan delicado, en ese escenario en el que sus detractores esperan la derrota final que se traduzca en graves medidas contra ellos, él da la cara. Guardiola sale, habla, no se esconde, y lo hace como pocos.
- Su FC Barcelona hizo mucho daño en ciertos sectores de la prensa y la sociedad. Aquel equipo hizo Historia, marcó una época y, sobre todo, anuló prácticamente al 100% a una potencia histórica que se vio totalmente estéril y anulada. La institución, y sus aficionadas y aficionados, claro. Ellas, ellos, alentados por una prensa que empezaba a firmar los primeros pasos de una década complicada de asimilar por sus formas, crearon sobre la figura de Guardiola un foco de incendio y polémica que todavía sigue latiendo dentro de muchas y muchos. Aquello les dolió y no lo han superado.
- Suele tener plantillas extraordinarias. Es una realidad. Al entrenar grandes proyectos, tiene ante sí la posibilidad de tener a sus órdenes plantillas muy competitivas, equipos totalmente extraordinarios. Su máxima expresión, ahora, en Manchester. No porque sea la mejor plantilla que ha tenido, sino porque cuenta con el máximo apoyo a nivel monetario. Cumplen las condiciones que pide, fichan prácticamente todo lo que necesita, tiene ante sí algunas de las mejores instalaciones deportivas del país británico y tiene las mejores herramientas para que todo fluya. Así, claro, quizás todo sea más fácil.
Son argumentos excelsos, muy positivos prácticamente todos ellos. Sin embargo, se tuerce, se le da la vuelta. Se la da la vuelta para que Guardiola salga dañado, para que su rendimiento en los banquillos sea cuestionado y para que todo lo que le rodea (esto beneficia a según qué medios, primero, y a sus detractores, luego) adquiera ciertos tintes importantes, polémicos y candentes. Prácticamente todo exagerado, injusto y maximizado.