Lo de Steven Gerrard es demasiado serio
Steven Gerrard supo tomar una fantástica decisión cuando puso rumbo a Escocia. Solía tomar buenas decisiones cuando era el dueño y señor del centro del campo del Liverpool y parece que esa forma de trabajar también está teniendo muy buenos resultados en el fútbol escocés.
Gerrard está firmando una extraordinaria temporada como técnico del Rangers. No es su primer año. Llegó en 2018, a finales de la campaña 2017/18 con la única experiencia de haber entrenado en la cantera de su adorado y amado Liverpool. Un salto importante, mucho. De dirigir a jóvenes valores en la exitosa academia de Melwood (donde ya no entrenan los Reds) al banquillo de un histórico del fútbol escocés.
El salto parecía demasiado alto para algunos. El salto parecía demasiado poco, para otros. Pasar de entrenar chicos jóvenes a una liga del primer nivel británico podía ser demasiado exigente, pensaban los más críticos. Irse a entrenar a una liga de segundo escalón europeo era, para sus detractores, una forma desvirtuada para analizar realmente sus facultades.
Aquí, personalmente, nos parecía una oportunidad interesante para ir adquiriendo experiencia, para ir encarando poco a poco su carrera como entrenador tras su siempre idolatrada carrera como futbolista. Pero debo confesar que me está sorprendiendo gratamente.
El Celtic de Glasgow es dueño y señor del fútbol escocés en las últimas décadas. Todavía más desde la desaparición del histórico Glasgow Rangers (el actual no es estrictamente el mismo, ya que fue renombrado en 2012 y descendido a la cuarta categoría escocesa por problemas financieros). La rivalidad en Glasgow quiere ser la misma. El Old Firm sigue siendo uno de los duelos más esperados del año en tierras escocesas. Pero lo cierto es que, oficialmente, no es el mismo escenario. Por ello, por esa superioridad del Celtic de Glasgow, el reto de Gerrard debía medirse con muchos condicionantes.
Su inexperiencia, coger las riendas de un histórico que había superado el golpe más duro de su Historia y hacer frente a un Celtic tan rotundamente superior presentaban a Gerrard un reto mayúsculo si sus aspiraciones reales eran las de triunfar a nivel de números.
Pero desde el pasado curso, la nota está siendo positiva. Muy positiva. Casi excelente, de hecho. Tanto en Escocia como en Europa el Rangers de Steven Gerrard está sorprendiendo a conocidos y extraños, y ha vuelto a encender la llama de los protestantes de la ciudad de Glasgow. Una catástrofe histórica debe ocurrir para que los de Ibrox Park no sean campeones esta temporada.
Un hito de enorme relevancia y mérito. Primero, por la contundencia con la que están firmando sus resultados, por la rotundidad con la que están liderando el campeonato. Segundo, porque están acabando con un monólogo del Celtic de Glasgow que dura desde el año 2012. Tercero, porque sus resultados también destacan en Europa, ya que los protestantes consiguieron pasar la Fase de Grupos de la Europa League con 0 derrotas y 14 de 18 puntos posibles.
Es cierto que es Escocia, que es una liga que no destaca precisamente por su excelente nivel. Pero dentro de ese contexto, están cambiando la historia reciente. El Celtic de Glasgow no tenía rival. De hecho, han firmado varios tripletes domésticos en los últimos años. Y es ahí donde sí se le debe valorar mucho el trabajo que está consiguiendo Steven Gerrard.
Su futuro está destinado al banquillo local de Anfield. Es una historia escrita, esperada, casi oficial, pero sin fecha firmada y conocida. Pensar en Gerrard como entrenador del Liverpool es algo que no parece una locura y todo apunta a que incluso podría ser el sustituto de Klopp cuando el técnico alemán deje el club del Merseyside.
Hasta entonces, toca ver al inglés en el banquillo del Rangers y todo apunta a que está firmando una histórica temporada que, muy seguramente, será clave en su currículum como entrenador.