Guardiola impone su ley
El Manchester City se impuso con solvencia a un Barça que pagó el haber realizado un mal segundo tiempo
Se repetía el partido quince días después, el aficionado Citizen afrontaba el encuentro con ganas de revancha, la racha de seis partidos sin ganar había quedado lejos, y la victoria por 0-4 ante el West Bromwich fue todo un bálsamo para los de Guardiola.
El partido fue vibrante de principio a fin y a escasos minutos del comienzo del partido, Raheem Sterling pidió penalti por una entrada de Umtiti que le impidió finalizar la jugada. Hubo muy poco control en el partido, era un correcalles, precisamente aquello que no querían tanto Luis Enrique como Guardiola. El primero en golpear fue Leo Messi, tras una contra de libro que se encargo de iniciar el mismo y finalizarla. Messi volvió a silenciar el Etihad.
Cuando parecía que el Barça tenía el partido controlado, el City igualó la contienda, tras una buena jugada entre Kevin De Bruyne y Kun Agüero el mediocentro alemán Ilkay Gundogan remachó a la red una jugada de tiralíneas.
Después del descanso llegó la revolución absoluta, solo hubo un momento de pausa, antes de que Kevin de Bruyne metiese todo un golazo de libre directo. 2-1 y el Etihad respiraba. El Barça que pudo haber empatado mediante una ocasión clara de Andre Gomes, no supo frenar las contras del City y los de Luis Enrique exasperados no dejaban de perder balones en el centro del campo. Finalmente fue de nuevo Gundogan, quien en una nueva llegada anotó el tercer gol del City. Guardiola se demostró a sí mismo que sí que puede con el Barça, o mejor dicho con Messi.
Se repetía el partido quince días después, el aficionado Citizen afrontaba el encuentro con ganas de revancha, la racha de seis partidos sin ganar había quedado lejos, y la victoria por 0-4 ante el West Bromwich fue todo un bálsamo para los de Guardiola.
El partido fue vibrante de principio a fin y a escasos minutos del comienzo del partido, Raheem Sterling pidió penalti por una entrada de Umtiti que le impidió finalizar la jugada. Hubo muy poco control en el partido, era un correcalles, precisamente aquello que no querían tanto Luis Enrique como Guardiola. El primero en golpear fue Leo Messi, tras una contra de libro que se encargo de iniciar el mismo y finalizarla. Messi volvió a silenciar el Etihad.
Cuando parecía que el Barça tenía el partido controlado, el City igualó la contienda, tras una buena jugada entre Kevin De Bruyne y Kun Agüero el mediocentro alemán Ilkay Gundogan remachó a la red una jugada de tiralíneas.
Después del descanso llegó la revolución absoluta, solo hubo un momento de pausa, antes de que Kevin de Bruyne metiese todo un golazo de libre directo. 2-1 y el Etihad respiraba. El Barça que pudo haber empatado mediante una ocasión clara de Andre Gomes, no supo frenar las contras del City y los de Luis Enrique exasperados no dejaban de perder balones en el centro del campo. Finalmente fue de nuevo Gundogan, quien en una nueva llegada anotó el tercer gol del City. Guardiola se demostró a sí mismo que sí que puede con el Barça, o mejor dicho con Messi.