Iñaki Aval nos recomienda un pronóstico para la Liga Santander.
Los blancos vuelven a disputar un partido en condición de visitante, tras conquistar Stamford Bridge el pasado martes, con otra victoria (0-2) frente al Chelsea en Champions que le clasificó para la semifinal de su competición fetiche. La lucha por el título parece estar casi imposible ya para los de Ancelotti, a once unidades del Barça, que tampoco falló el pasado domingo ante el Atlético de Madrid. Viaja a Girona sin Benzema, David Alaba, Hazard, Mendy por problemas físico; además de no poder contar con Ceballos, sancionado.
Aun así, ‘Carletto’ ha sabido dosificar bien los minutos a una plantilla enchufada casi al completo en este punto de la temporada, que no le ha impedido ganar todos los partidos disputados el último mes, salvo la derrota frente al Villarreal (2-3) en un encuentro con muchas ocasiones para ambos conjuntos. Desde entonces, cuatro porterías a cero para los de la Castellana. Los jugadores merengues, con jugadores de rotación como Asensio de ejemplo, han mostrado una buena versión estas últimas jornadas, pese a la desmotivación por parte de la afición hacia el campeonato doméstico.
Tendrá un rival correoso como es el Girona de Michel, que ya consiguió puntuar en el Santiago Bernabéu en el duelo de la primera vuelta y que ha competido bien todos y cada uno de los enfrentamientos ante rivales del ‘top’ 3. En su visita al campeón de Europa salió con personalidad, de tú a tú durante muchos tramos. Viene de perder, eso sí, en el último compromiso liguero contra el Valladolid (1-0) y no podrá contar con futbolistas importantes como Aleix García,David López, Borja García, Toni Villa y Yangel Herrera. Hay profundidad de plantilla, en todo caso. Centro del campo de circunstancias, especialmente, para uno de los partidos marcados en rojo de su temporada, ante un Real Madrid cuenta por victorias sus dos últimos desplazamientos a Montilivi. El que perdió fue hace tres, en 2017, cuando los goles de Stuani y Portu sirvieron para remontar el tanto inicial de Isco, cuando todavía Pablo Machín dirigía a los locales.