¿Una Final Eight para acabar la Champions League 2020?
El mundo del fútbol, al igual que casi toda la población, está parado. Prácticamente ningún equipo realiza entrenamientos y los que lo hacen poco quedará para que entren en razón y también permanezcan en su hogar. Los jugadores tendrán que realizar deporte en sus domicilios para no perder totalmente la forma esperando que este periodo de confinamiento debido al Covid-19 acabe pronto y se pueda volver a la normalidad lo antes posible. Si las previsiones más optimistas se cumplen, a mediados del mes de abril los equipos podrán juntarse de nuevo y en ese caso quizá en el mes de mayo vuelvan las competiciones nacionales e internacionales.
En ese escenario están trabajando ya los principales dirigentes de todas las ligas europeas y también la UEFA en una reunión extraordinaria en Nyon celebrada por videoconferencia. En esta asamblea la presión conjunta de las ligas y federaciones de los países del continente con más poder decidirán qué pasa con la Euro 2020 pero también con la Champions League y la Europa League de la actual temporada. Un complicado encaje de bolillos que intentará poner a todos de acuerdo aunque eso será muy complicado. Sobre todo teniendo en cuenta que peor de la crisis del coronavirus aún no ha llegado a su peor fase.
Ciertamente en esta junta se estudiarán todas las alternativas expuestas por los expertos dando una alternativa a todos los casos posibles del fin de la cuarentena. Así, la opción número uno es la de probar a disputar en dos meses las competiciones internacionales importantes con todo lo pendiente apretando el calendario al máximo. Pero quizá no puede ser suficiente, los contratos acaban el 30 de junio y eso quiere decir que antes de esa fecha debería haber acabado todo. Por esta razón, y para sacar más tiempo a las ligas locales, uno de los proyectos planteados por Aleksandar Ceferin y sus colegas es organizar una ‘Final Eight’ a partido único en Estambul con los clubes que han alcanzado los cuartos de final de Champions. Una solución extraordinaria para un problema excepcional.
Por último, también existe una remedio intermedio: sin utilizar la idea de una sede común donde resolver la Champions en 10 días, quitar duelos al trofeo convirtiendo todas las eliminatorias en ‘finales a 90 minutos’. Para ello habría que buscar una sede ‘neutra’ para cada choque a cambio de llegar más liberados al verano.
Seguramente la solución no es nada fácil de encontrar. Quitar partidos significa perder dinero pero las ligas nacionales tampoco querrán renunciar a su negocio y es que los clubes pequeños necesitan de los derechos de televisión y de los ingresos que generan cada encuentro en su estadio para sobrevivir. Un rompecabezas que a priori solo tiene una salida: jugar cada poco tiempo y posponer la Euro 2020.