Un espectáculo llamado Kevin De Bruyne
El Manchester City no ha firmado uno de los veranos más movidos en materia de fichajes. Sí han fichado, sí han hecho incorporaciones y, para no faltar a la tradición, han sacado a pasear el talonario. Pero sin excesos, sin locuras en materia de proyecto. Han fichado a golpe de dinero, pero sabiendo en todo momento qué querían, cuándo lo querían y para qué lo querían.
Sin embargo, una de las claves que se han incorporado en cierta medida respecto al curso anterior ya estaba en la plantilla. Es un viejo conocido. No es un fichaje al uso. De hecho, es un punto muy a favor del equipo haber reeditado el título sin su presencia. Aunque, claro, uno ve la plantilla que tienen y sólo puede quedarse detenidamente leyendo y admirando semejante. Pero volvamos al tema.
El conjunto del Etihad Stadium tiene en sus filas a Kevin De Bruyne desde hace años y con el paso del tiempo se ha consagrado como uno de los mejores fichajes de su última década. Sin embargo, la temporada pasada sufrió una lesión que le mantuvo alejado de los terrenos de juego mucho más tiempo del querido, deseado y esperado. Una dura baja, una importante ausencia sólo maquillada y silenciada por la magnitud del proyecto Citizen. Sólo un equipo como este Manchester City es capaz de no sufrir en exceso la baja de un futbolista que, en plenas facultades, es candidato a MVP del año en territorio inglés.
Pero De Bruyne está de vuelta, está en plenas condiciones, y casi de la nada vuelve a aparecer un futbolista determinante como pocos, que marca la diferencia sobre el césped y que la temporada pasada, por su lesión, pareció desaparecer. Una estrella mundial que va dos pasos por delante del rival, y en ocasiones de sus propios compañeros. Un jugador capaz de marcar la diferencia tomando responsabilidades por voluntad propia. Un futbolista capaz de tomar las decisiones correctas en los diferentes escenarios y contextos.
Pep Guardiola lo sabe, y desde el primer momento está contando con él, desde el primer momento está dando el protagonismo que el belga precisa. Riyad Mahrez, el aparente damnificado, ya que la presencia de De Bruyne le relega a un menor protagonismo.
Hablar de una referencia total, de un faro, de un guía absoluto, en este Manchester City no es tarea fácil. Un megaproyecto repleto de estrellas. Todas ellas determinantes, todas ellas trabajando en bloque y generando las diferencias individuales siempre como complemento, como apoyo, y pocas veces desde la individualidad. Es por ello que hablar de Kevin De Bruyne como el mejor futbolista de este equipo puede ser un tema complicado, difícilmente defendible al cien por cien, porque siempre habrá gente que presente un argumento en forma de nombre (sirvan de ejemplo jugadores como Bernardo Silva, Raheem Sterling o David Silva) y seguramente sean, al menos, permisivas y válidas. Pero algo queda claro: De Bruyne vuelve a brillar.
El 'fichaje' inesperado de este Manchester City. No ha llegado este verano. Es un viejo conocido. Su rostro tímido, incluso infantil en algunos casos. Pero con la esencia conocida, con la calidad innata que ha enamorado estos años en la zona Sky Blue de la ciudad de Manchester. Sin duda alguna, uno de los focos que más, y mejor, están brillando en este inicio de campaña, tanto en el seno doméstico del Manchester City como en el global del fútbol inglés. Incluso europeo.