¿Qué pasa realmente con el príncipe de Johor?
He tardado en expresar mi punto de vista sobre la información que coloca al príncipe de Johor en el Valencia. He querido esperar porque el morbo cuando saltó todo mediáticamente era tentador, pero al mismo tiempo peligroso. Por ello, he preferido esperar un poco. Igual que escribo esto confieso que pienso prácticamente lo mismo.
No me genera tranquilidad. Lo puse en Twitter, e insisto. No conozco a esta persona. Se llama Tunku Ismail, por cierto. Insisto. No le conozco, no sé cómo trabaja realmente ni sabía nada hace una semana de él. Es por ello que, evidentemente, prefiero no opinar sobre lo que va a hacer, sobre lo que va a aportar, sobre si es bueno, malo, positivo o negativo. Sobre todo porque creo que deber la oportunidad de verle en acción, merece su derecho a la duda.
Lo rápido era pensar en que era algo positivo. Pensar en su titular de "Soy un príncipe. No un empresario" puede ser importante que a nivel personal puede hacerte pensar en "Sí, es cierto. ¿Qué interés personal, más allá del ego, puede tener"? Me planteo esa pregunta comparándole con Peter Lim, quien ya ha demostrado con creces sus verdaderas intenciones en el Valencia. Y es cierto que puede ser interesante, que parece plantear un escenario diferente, pero ¿es real? Esa es la duda que tengo.
Para empezar, su discurso. La llegada de un personaje que públicamente pregona a los cuatro vientos sus pertenencias, su poder, lo bueno, guapo y excelente que es, ya para empezar me genera pereza y no me hace pensar en un periodo de tranquilidad y estabilidad. Es cierto que durante los últimos días, a raíz de su anuncio, han salido personas hablando que es cierto que su "marca" es esa, la de presumir mucho en redes sociales, pero luego, en el día a día, la realidad es muy diferente. Al parecer, se trata de una persona trabajadora, que tiene inquietudes, metas, objetivos. Según esto, hay vida más allá de esos mensajes y publicaciones que sólo buscan likes, foco y expectación. Quiero creerlo, pero creo que es pronto.
Luego, es persona de confianza de Peter Lim. No digo que sea igual, ni que no vaya a haber cambios, pero si Lim le permite acceder a su hipotético futura posición en el Valencia, no creo que sea porque el máximo accionista vaya a salir perdiendo. Es pura lógica. Es por ello que, creo, seguirá sin ser la solución ideal para la situación. Puede generar cierto oxígeno, cierto cambio estético, pero todo seguirá siendo temporal, eventual, seguirán mandando los mismos y mientras eso siga ahí, mientras Lim siga en la sombra, en la institución, nada cambiará al cien por cien.
El valencianismo (o gran parte) clama a los cuatro vientos el cambio absoluto, total, la salida de Meriton. La paciencia está agotada. La paciencia se acabó hace muchísimo tiempo y este cambio no generaría demasiadas novedades. Sí, puede llegar con su mensaje, con su discurso, puede generar nuevos escenarios visualmente hablando, incluso podrían llegar (quién sabe) fichajes de calidad, pero si el valencianismo sigue firme en su deseo de ver a Meriton fuera, esta no es la solución. Peter Lim seguirá.
¿Confío en este cambio? Insisto, no le conozco, no sé de qué es capaz realmente. Sí, ha conseguido cosas en términos futbolísticos, pero ahora hablaríamos del Valencia, de un equipo histórico, de un enorme potencial cultural, de una relevancia mediática en Europa, y el contexto es muy diferente, por no decir antagónico. Dicen que es un apasionado del fútbol y tiene interés real por meterse de lleno en el proyecto. Evidentemente, esto me genera cierta ilusión, pero sin locuras, sin demasiadas esperanzas reales (ahora mismo), sin realmente ver nada especial. Sobre todo por todo lo vivido, visto, escuchado y leído durante el último año y medio.
Es lo que ha generado y provocado Meriton. Es así. Alarma constante, desconfianza. Podemos pensar en que saldrían cosas adelante, que pueden realmente haber cambios, que pueden haber fichajes importantes, pero nunca desaparecerá ese piloto rojo de alerta ante un escenario que no solucionaría al cien por cien y que, por desgracia, ya se ha visto. Peter Lim fichó al mejor Guedes, con Peter Lim el Valencia ganó la histórica Copa del Rey, con Peter Lim brillaron Marcelino y Mateu Alemany... Y mirad cómo está todo ahora.
Por eso digo que este movimiento de fichas institucionales puede generar un escenario nuevo, pero dentro de la misma obra de teatro. Pueden trasladarnos a otro contexto, contarnos otra historia, pero será la misma película en su base, y por ello mantengo la alarma. Igual que digo esto, dejemos que todo salga adelante, que vayan ocurriendo hechos y, entonces, opinaremos con fundamento, con terrenos más sólidos.
Está genial todo esto. Parece que llega un superhéroe a salvar al Valencia con aire fresco, con ganas, con mucha ilusión, pero calma. Al menos por ahora. Dentro de un año, volveremos a hablar del tema y veremos si estas líneas eran previsoras con razón o si (ojalá) me equivoco.