¿Por qué tanto parón?
Desde que da comienzo la temporada futbolística hasta el descanso navideño hay tres parones por los compromisos de las selecciones. Uno en septiembre, otro en octubre y un tercero en noviembre, que hacen que el aficionado a la competición se quede sin ver fútbol de alto nivel. En algunos casos se trata de partidos amistosos, mientras que en otros son choques valederos para la clasificación para la próxima Eurocopa.
Disputar amistosos con la temporada más que comenzada carece de cualquier sentido común. A su vez, en los grupos clasificatorios es más que complicado que haya grandes sorpresas. Los combinados potentes sellan su billete a la máxima competición continental a nivel de selecciones sin despeinarse y sin competir. No en vano selecciones como Inglaterra, España, Italia o Bélgica han hecho pleno de victorias de manera holgada.
Otras como Francia y Portugal, que en algunos encuentros han prescindido de futbolistas titulares, tienen su clasificación encarrilada sin haber sumado todos los puntos. Pero lo peor viene después de la Eurocopa, cuando se repetirán este tipo de partidos para la clasificación del Mundial 2022. Si a Europa le corresponden 13 selecciones en el Campeonato del Mundo, ¿por qué no acuden las 13 mejores clasificadas en la Eurocopa?
Es bien sencillo: los ocho perdedores de octavos de final se disputarían cinco plazas para el próximo Mundial. Es decir, jugarían a partido único una ronda donde los cuatro vencedores obtendrían billete, mientras que los cuatro perdedores disputarían semifinales y final con el pasaporte mundialista en juego. De este modo, nos ahorraríamos estos parones que tanto daño hacen a las ligas.
Así, las competiciones nacionales podrían comenzar en septiembre en lugar de hacerlo a mediados de agosto, cuando gran parte de la sociedad está disfrutando de sus vacaciones estivales. De este modo, suprimiendo los compromisos de las selecciones también se podrían eliminar las jornadas ligueras intersemanales que tanto daño hacen a la afluencia de público a los estadios.
El motivo de todo lo expuesto es sencillo: al gran público las selecciones solo les interesan en las fases finales de las Eurocopas y Mundiales. Los amistosos y los descompensados grupos en términos de nivel de los combinados que los componen restan competitividad a los partidos. El aficionado quiere fútbol el fin de semana. Desea ver a su equipo en el estadio cada 15 días de forma regular y no entre semana. ¿Por qué tanto parón?