¿Por qué ha decaído LaLiga?

LaLiga no vive su mejor estado de forma. Ni a nivel deportivo, ni a nivel institucional, ni a nivel de imagen. Los numerosos frentes abiertos han creado un clima de erosión y degradación que, sumado a la dinámica ascendente total de la Premier League, la situación del máximo campeonato liguero español está en situación de crisis absoluta.

El fútbol español tiene su panel de control repleto de alarmas y alertas que, lejos de estar controlado, ha creado un incendio totalmente preocupante. Lejos de mejorar, da la sensación de que todo apunta a una decadencia que ha llegado para quedarse.

¿Por qué ha decaído LaLiga en muchos de sus aspectos?

LA BIPOLARIDAD NO DECAE

Lejos de ser una liga competitiva, el título se decide entre los dos mismos equipos que han brillado en toda la Historia. Tres, como mucho. Sobre todo, FC Barcelona y Real Madrid, con un Atlético de Madrid que ha hecho acto de presencia en algunas ocasiones de la última década. El misterio se caracteriza por su ausencia. En agosto es sencillo saber hacia qué estadio irá el título a final de temporada. O al Camp Nou, o al Santiago Bernabéu. Como mucho, también al Cívitas Metropolitano. Una liga poco competitiva, poco llamada a la sorpresa y, en consecuencia, un campeonato mucho menos interesante de lo que se le debe presuponer de una de las ligas más importantes del mundo.

DESIGUALDAD ECONÓMICA

El reparto televisivo es tan injusto como denunciable. Las diferencias económicas de los equipos que participan en LaLiga son angustiosas. Podría decirse que hay dos ligas: Real Madrid y FC Barcelona por un lado, y el resto por el otro. Fácilmente, puede haber diferencias de más de 100 millones de euros entre equipos que disputan el mismo torneo. Así, es complicado construir proyectos que rompan la bipolaridad o que añadan un porcentaje de posibles sorpresas mayor. Si todos cobraran cantidades similares, quizás las diferencias podrían seguir existiendo, pero sería por fallos a la hora de gestionar los presupuestos y no por una imponente decisión del organismo que ahoga al resto de equipos.

ENFRENTAMIENTO PÚBLICO Y MEDIÁTICO

El fútbol español está organizado en dos grandes frentes que, desde hace años, viven una guerra abierta que acaba afectando a la imagen mediática del fútbol nacional. Por un lado, LaLiga. Por otro lado, la RFEF. Los dos máximos organismos que, por la presencia y ego de sus máximos mandatarios, han creado una batalla dialéctica e institucional recriminándose prácticamente todo. Javier Tebas y Luis Rubiales llegaron para, eso dijeron, cambiar el fútbol, pero nadie se percató de que el cambio iba a ser para mal, y no para evolucionar.

EL USO DEL VAR ES SOSPECHOSO

La herramienta tecnológica más famosa del fútbol en la actualidad tiene en LaLiga un preocupante incendio. La toma de decisiones es cuanto menos cuestionable, el árbitro sigue siendo parte importante y cambia poco, o nada, los planos televisivos en muchos casos son incorrectos (incluso se afirma que manipulados) y la polémica no sólo no ha desaparecido, sino que parece más ferviente y candente que nunca. Afecta, sin duda, a la imagen del campeonato español, tanto a nivel nacional e internacional.

LOS CLUBES MUESTRAN GENERALMENTE SU MALESTAR

Sin duda alguna, la temporada 2022-23 ha sido la más polémica en términos públicos de los diferentes equipos. Por un lado, batallas institucionales entre clubes por diferentes temas. Por otro lado, el malestar generalizado de muchos de los clubes por las decisiones arbitrales que acabaron convirtiéndose en comunicados y declaraciones. El clima de tensión ha sido más alto que lo habitual, y sin un duda es un incendio que podría seguir aumentando su potencia si nadie toma decisiones sobre los problemas denunciados.

LA CALIDAD SIGUE MARCHÁNDOSE

El gigantesco potencial económico del fútbol inglés y la cada vez más delicada situación monetaria de los clubes de LaLiga, entre otras cosas, ha provocado que los grandes futbolistas presentes en el fútbol español se marchen, cada vez, más hacia torneos como el británico. Cada verano, muchos de los jugadores en forma acaban haciendo las maletas hacia las islas británicas por los imponentes contratos que son capaces de ofrecer y por la necesidad de reforzar las cuentas económicas. Lo que parecía una anécdota, se ha convertido en una preocupante rutina que favorece a la Premier League y que sigue minimizando y debilitando a LaLiga.