¿Por qué el Valencia no rinde?

El Valencia ha firmado una temporada irregular, pobre, gris y muy lejos de estar a la altura de la historia del club. Un curso deportivo negativo que, de forma conjunta, ha tenido una serie de factores totalmente determinantes para que sus aficionadas y aficionados olviden pronto.

DESCONTROL INSTITUCIONAL

No es algo exclusivo de esta temporada. La situación del club como institución lleva años (demasiados) siendo un preocupante factor a tener en cuenta. El máximo mandatario no refuerza el proyecto, hace oídos sordos al clamor popular para su marcha, menosprecia a las instituciones valencianas y sigue sin iniciar las obras para acabar el Nou Mestalla. Un auténtico despropósito que sólo se sostiene por la verdadera razón de su presencia en la capital del Turia: los supuestos negocios en la compra-venta de futbolistas que, afirman, tiene en Jorge Mendes un socio externo.

POBRE POLÍTICA DE FICHAJES

Si la propiedad no quiere reforzar al equipo, la política de fichajes es pobre. No hay más. Si no hay inversión, es complicado formar un proyecto que sea competitivo. Así, en ese contexto, muchos jugadores que llegan cedidos o con condiciones a la baja. Peter Lim está entre los empresarios más ricos del planeta, según Forbes, pero eso no parece hacer acto de presencia en el Valencia. Si el equipo no se refuerza como debería, es complicado que los resultados lleguen.

INEXPERIENCIA GENERALIZADA

El Valencia cuenta con una de las plantillas más jóvenes de LaLiga y del fútbol europeo. La ilusión que pueden tener los futbolistas con toda una carrera por delante se convierte, evidentemente, en falta de experiencia que se traduce en mala gestión de la presión. Si, además, los resultados no han llegado, la tensión ha sido una de las tristes tónicas que ha ofrecido el equipo a lo largo y ancho de la temporada. Está bien tener una plantilla joven, con ganas, pero es un hándicap a tener en cuenta a la hora de, como ha ocurrido, enfrentarse a escenarios complicados.

GATTUSO SE BAJÓ DEL BARCO

Genaro Gattuso llegó el pasado verano con el objetivo de, por fin, reconducir el rendimiento del equipo. Como pasó con técnicos anteriores como Bordalás, Javi Gracia o Albert Celades, el equipo rindió bien al comienzo, pero el paso de las semanas le hicieron caer considerablemente. Sin embargo, el técnico italiano no quiso seguir, no quiso seguir haciendo frente a la tensión institucional, no quiso seguir sintiéndose solo ante el peligro y, como resultado, dejó tirado al equipo a mitad de temporada. Gattuso marcó una época como futbolista (con sus cuestionables métodos, eso sí), pero como entrenador ha fracaso totalmente en el banquillo del Valencia.

FALTA PREOCUPANTE DE GOL

El Valencia ha tenido dos problemas deportivos muy acentuados esta temporada. Por un lado, le ha costado mucho crear peligro y ocasiones. Por otro lado, la falta de puntería. Si se suma un costoso trabajo por crear peligro en área rival con un coste gigantesco para batir a porteros rivales, el resultado es muy preocupante. No sólo crean poco peligro, sino que, cuando lo crean, con muy poca efectividad. Ni Kluivert, ni Cavani, ni Hugo Duro, ni Samuel Lino. Jugadores aparentemente capaces de marcar la diferencia que, con diferencias de rendimiento, no han estado a la altura.

CAVANI, LEJOS DE LO ESPERADO

No se esperaba que firmara la mejor temporada de su carrera por los 36 años que tendría en su etapa valencianista. Sin embargo, seguía siendo un matador del área, seguía siendo un delantero temido por defensas rivales y un jugador capaz de marcar la diferencia como pocos. Pero no. En un Valencia en el que pocas cosas son normales y salen bien, era de esperar que un delantero como Cavani no rindiera al máximo. Es la realidad. Pese a que ha marcado goles y ha sido de las mejores notas de la temporada valencianista, lo cierto es que no ha sido suficiente. No ha sido suficiente porque el contexto y la situación del club exigía más, y no lo ha cumplido.

NO JUGARÍAN EN OTRO CONTEXTO

La delicada situación institucional del club es una realidad que, en términos deportivos, se ha traducido en oportunidades para ciertos jugadores que, en otro contexto, en una situación normal, no tendrían minutos. Mucho menos, ser titulares. Existen casos de futbolistas que están teniendo protagonismo desde hace algunos años en este equipo pura y simplemente porque no existe la competencia y exigencia de tiempos pasados. Es la realidad.

CEDIDOS QUE DIRÁN 'ADIÓS'

Cuando la planificación está lejos de ser buena, correcta o suficiente, se crea un escenario virtual en el que las plantillas y los proyectos tienen fecha de caducidad. El Valencia 2022-23 ha tenido cinco jugadores cedidos que dirán adiós a final de temporada. Un porcentaje importante del total que se suma a cursos anteriores (seis en la 2021-22 o tres en la 2020-21) y que ha generado un horizonte nada positivo. Son soluciones temporales, parches con fecha de caducidad que devuelven al equipo al punto de partida. Así es complicado crear proyectos a medio y largo plazo.