La destitución de Lopetegui, el meme del Mundial.
Cómo han cambiado las cosas en 24 horas. El martes nos despertábamos en una balsa de aceite con la Selección donde todo parecía idílico, todos amiguitos y encaminados al segundo Mundial. Un mensaje oficial, un viaje oficial, una reunión oficial, una rueda de prensa oficial y un nuevo mensaje oficial después, hoy nos acostaremos y nada será como ayer. Pero vayamos más despacito.
Lopetegui había rubricado una inmaculada fase de preparación y clasificación para el Mundial. 2 años de trabajo reconstruyendo un apuntalado combinado de viejas glorias y jóvenes talentos que ha culminado con un bloque cuyas únicas señales de debilidad se han mostrado como una delantera estéril por momentos y poco más, pues casi no había ni polémica en las convocatorias. 2 años de trabajo sin un solo problema, sin una sola palabra en contra. Rubiales le había ratificado en el cargo 20 días antes. Todo iba viento en popa. Y, de repente, un comunicado oficial del Real Madrid. Lopetegui sería el nuevo entrenador del conjunto blanco tras finalizar el mundial. Si alguien necesita una definición de lo que significa hacer saltar por los aires un vestuario, que tome nota.
Sin tiempo que perder, Rubiales se sube a un avión y se lanza camino a Rusia. Traicionado, tiene papeles que mover, asuntos que resolver. Es un macho alpha recién llegado a la manada y debe hacerse imponer, no puede dejar que se rían de él en su cara de esa manera. Un anuncio a dos días de empezar el Mundial de algo tan gordo y de lo que él no había tenido noticia alguna no se puede consentir. Así que se reúne con Julen. Creo que todos pagaríamos lo que fuera por haber tenido un micrófono en esa reunión. El resumen, o lo que nos han querido contar, es que Rubiales no sabía nada del tema, que Lopetegui recibió la oferta y puso a su agente a trabajar en ella y que, cuando aceptó, la condición que puso fue que no se hiciera público. Condición que el Madrid se pasó por Arco del Triunfo. Bonita forma de empezar una relación contractual.
En definitiva, Rubiales se siente humillado y decide actuar como cualquier adulto sensato: me enfado, no respiro y te echo de tu puesto que para eso soy tu jefe. ¿Decisión comprensible? Es un empleado que te ha traicionado y en el que no confías. ¿Decisión cuestionable? Donde ya el vestuario había saltado por los aires, son ganas de apagar el fuego con gasolina. Hiciera lo que hiciera sería criticado, así que hizo lo que mejor le venía a él como Presidente, un golpe de autoridad, un puñetazo en la mesa, un “aquí está mi rabo”. Ahora bien: ¿alguien ha pensado en la Selección Española y qué pudiera haber sido lo mejor para sus (nuestros) intereses?
Una hora más tarde se hacía pública la noticia de que Fernando Hierro, un grandísimo entrenador con dilatadísima experiencia en los banquillos, tal como dejar octavo de Segunda al Real Oviedo y…ya, se hará cargo del mayor marrón de la historia. Lo que viene siendo adecuar responsabilidades a capacidades. Obviamente, es un jugador de una categoría indiscutible y todo un nombre en el fútbol español, pero como gestor de plantillas no ha demostrado absolutamente nada. Ahora bien, si es sensato, tendrá una mentalidad continuista y no se dedicará a hacer probaturas ni cosas locas.
El resumen es que han pasado las 24 horas más locas que recuerdo desde lo del fax de De Gea (casualmente, otro episodio con el Madrid por el medio), que la Selección Española ha sufrido un golpe tan duro como que no hay precedentes comparables y que hoy empieza el Mundial y nosotros nos hemos convertido en el Meme más grande que podía imaginarse.
Solo pido una cosa: Fernando Hierro, si lees esto, espero que seas del grupo de españoles que sabemos que Iago Aspas debe ser titular pase lo que pase.