Klopp. Jurgen Klopp.
El profesor de la eterna sonrisa. El maestro que dictamina sus lecciones con un sentido del humor igual de necesario como de impulsivo. El romántico que se niega a dejar de lado su gorra, su chándal y su estética noventera para dirigir a la orquesta hacia la consecución de metas.
Klopp. Jurgen Klopp. El técnico alemán que llegó a Liverpool para encarar su primera etapa lejos de su Alemania natal, para hacer coger las riendas de una potencia histórica necesitada de éxitos.
Klopp. Jurgen Klopp. El dueño de millones de sentimientos, de millones de sonrisas cuando todo va bien, de millones de lágrimas cuando todo va mal.
Klopp. Jurgen Klopp. El héroe, el maestro exitoso que, por fin, colocó en su vitrina personal el trofeo de los trofeos, la soñada Champions League.
Klopp. Jurgen Klopp. El entrenador que ya ha entrado en la historia del Liverpool siendo el faro técnico y táctico que les guió hasta la cima de su sexta copa de Europa.
Klopp. Jurgen Klopp. Otro técnico que escribe en letras doradas su nombre en la historia del fútbol europeo.
Klopp. Jurgen Klopp. El tipo que decidió exigir dos fichajes históricos a nivel económico como Alisson y van Dijk. Uno, el portero más caro. Otro, el defensa más caro. Ya nadie recuerda sus precios, ya nadie habla de si fueron caros, baratos, o un disparate. Nadie.
Klopp. Jurgen Klopp. El valiente que dio el lateral de una potencia continental como el Liverpool a un canterano como Alexander-Arnold para que haya vivido una rocambolesca montaña rusa de sensaciones y evolución en los últimos dos años. Ahora es considerado uno de los mejores del planeta.
Klopp. Jurgen Klopp. El dueño y señor de la banda de Anfield. Tras años de sequía, de desconcertante travesía por el desierto a orillas del río Mersey, el santuario de la zona Red de Liverpool tiene un ídolo de masas que habla inglés con acento alemán.
Klopp. Jurgen Klopp. El enfermo de la táctica que se desenvuelve de forma cómoda y segura cuando más altas son las pretensiones, cuando más exigentes son los partidos, cuando más complicadas son las pruebas que debe sobrepasar.
Klopp. Jurgen Klopp. El hombre de los abrazos alegres, de los abrazos de consolación, de los abrazos psicológicos de apoyo. El hombre de los abrazos para los suyos, en general.
Klopp. Jurgen Klopp. El ser bipolar capaz de amarte y odiarte en apenas milésimas de segundo para, instantes después, volver a sonreír, calmarte y hacerte sentir que todo va a salir bien.
Klopp. Jurgen Klopp. El ser protector que imprime cariño, respeto y lecciones profesionales a partes iguales. Canteranos, jugadores ya asentados, incluso los veteranos. Todos caen rendidos a sus métodos, a su cercanía.
Klopp. Jurgen Klopp. El showman que recrea sus espectáculos en la banda con sus saltos, sus gritos, sus gestos hacia la grada. El showman que se siente como pez en el agua en un deporte que (defendido por unos, criticado por otros) sobrepasa numerosas fronteras y barreras hacia precisamente eso, el espectáculo.
Klopp. Jurgen Klopp es campeón de Europa y sus aficionados se alegran, nos alegramos.