Es un hecho: la peor semana de Celades en el Valencia
Albert Celades sigue dando forma a su Valencia, pero el tramo temporal desde su llegada al banquillo empieza a ser ya considerable para que las prematuras excusas que surgieron en los primeros pasos ya no sean válidas. El proyecto post-Marcelino ya es una realidad y seguramente el conjunto valencianista haya vivido la peor semana desde la llegada del técnico andorrano al banquillo local de Mestalla.
Le ocurrió en Lille, en Champions League. Volvió a ocurrirle en Pamplona, en Liga, ante Osasuna. Un equipo sin carácter, sin personalidad, entregado al ritmo del rival, sin capacidad de reacción cuando el contexto y el escenario se complica. Todo ello complementado con la versión más dubitativa de Celades. Ni reacción sobre el césped, ni reacción desde la banda. Tras firmar resultados importantes en estadios como Stamford Bridge, San Mamés o el Wanda Metropolitano que abrieron un bonito abanico de esperanza en el seno de la capital del Turia, dudas. Muchas dudas.
El Valencia confirmó en Pamplona lo que había iniciado en Lille. El conjunto valencianista mantuvo en El Sadar lo que ya había ofrecido en el Pierre-Mauroy. Y cuando las casualidades se confirman dos veces, cuando ciertas situaciones se repiten dejan de ser casualidad para convertirse en realidad. En este caso, una dura realidad para los intereses valencianistas, que volvieron a transmitir ante Osasuna su peor versión y que llega en un delicado momento, ya que el próximo miércoles el Sevilla visita el coliseo valencianista en uno de los grandes partidos de la jornada intersemanal.
Kondogbia está lejos de su mejor nivel desde la pasada temporada. Parejo, muy cansado, está ofreciendo una versión tremendamente alejada a lo que ha acostumbrado durante los últimos años. Rodrigo sigue perdido en un mar de dudas que, además, se vio acentuado ante Osasuna con una expulsión evitable que marcó el destino de los suyos y que causará una baja importante ante el Sevilla. Thierry Correia sigue dejando claro que no es una de las grandes soluciones para el lateral sin Piccini ni Wass. Y el cambio de técnico basado en un mayor protagonismo de la cantera no está siendo tal, o al menos tan diferenciado con la etapa de Marcelino en el banquillo.
El Valencia de los últimos siete días preocupa. Preocupa por la imagen ofrecida, por el poco carácter ante rivales que les implantaron el doble de personalidad, por la poca capacidad de reacción ante situaciones críticas. Los primeros encuentros de Celades dejaron más de un haz de luz en la dinámica del Valencia, pero las dudas han vuelto a ser la nota predominante de la actualidad ché y la preocupación vuelve a ser uno de los focos del valencianismo tras lo visto en Lille y Pamplona.
Y a todo esto, a nivel deportivo, el Valencia suma ya tres partidos consecutivos sin ganar, han tropezado en cuatro de sus últimos cinco encuentros oficiales. Motivos, quizás, para la preocupación. O al menos para instaurar una nueva realidad y valorar el proyecto de Celades como algo ya sólido tras más de un mes desde su llegada al banquillo valencianista.