El fútbol es mucho más sencillo de lo que parece
Vivimos un periodo en el que los polos opuestos son la prioridad. No existen los términos medios, no existen los estados intermedios. Las cosas son blancas o negras. Todo es claro u oscuro. Dicen, aseguran, que la culpa es de los medios de comunicación, que los grifos informativos apuntan a ello, lo subrayan, y los receptores acaban asimilándolo como algo normalizado. Messi-Cristiano, Real Madrid-Barcelona. Una cosa u otra. Y ya está. No vayas más allá porque un 90% de tu audiencia no lo entenderá o directamente te dirá que no tienes ni idea, que lo correcto es lo contrario. Sí, lo contrario, la otra opción, porque no hay más. Si eliges una, descartas la otra. Parece automático.
Es por ello por lo que me motivé a iniciar estas líneas. Trabajo en un medio de comunicación y lo veo a diario. La gente consume un contenido concreto y los contenidos más visitados siempre cumplen una serie de requisitos. Así día tras día. Pero un servidor lleva años en una corriente alternativa, mucho menos solicitada, quizás mucho más tranquila, más sosegada. Y hablo a nivel personal, evidentemente.
No todo es polémica. No. Me niego a creerlo. Me niego a asimilar que en todos los partidos de fútbol hay polémica. ¿Hay errores? ¿Se cometen fallos? Por supuesto, pero ¿eso es polémico? El fútbol sigue si un árbitro no pita un penalti, la vida continua si un gol que traspasa la línea no sube al marcador. A lo mejor no lo sabéis, pero no hay polémica siempre. No. Ciertos programas y medios se dedican a ello. Fábricas continuas de polémicas, de contenidos de dudosa realidad, de esos que ahora se conocen como 'fake news'.
Cada vez que veo y disfruto de un partido de fútbol me doy cuenta. Estadios latentes, que insultan, que protestan casi cada saque de banda, que vienen con su dosis de odio de casa porque han consumido esos medios, esas noticias, y vienen con un sentimiento negativo que acaban expulsando y vomitando desde su asiento. Y eso a nivel presencial, porque en redes sociales se explota y eleva a la máxima potencia. Las redes sociales son la jungla, la ciudad sin ley. Y entonces, se acaba formando un conjunto de ideas, de corrientes, que se alejan muy mucho de la realidad, de lo puramente deportivo y que se acaba asumiendo como real, como verdadero.
“Una mentira mil veces repetida sigue siendo una mentira”, y eso es lo que parece que no se acaba de asumir. Es por ello que mucha gente no se da cuenta que los jugadores viven aislados de según qué comentarios, que no se toman en serio según qué noticias, que el fútbol es un deporte y no una fábrica de basura mediática.
Por suerte hay vida más allá de los grandes clubes, de los grandes estadios, de las estrellas mediáticas. Por suerte existen historias alejadas de lo puramente comercial a niveles periodísticos. Hay gente que disfruta y goza semanalmente viendo partidos de equipos menores (que no pequeños), viendo jugadores alejados de los grandes focos, siguiendo de cerca partidos que no tienen el mejor de los carteles. Insisto. Hay vida más allá, hay historias fascinantes que sobrepasan las fronteras de lo impuesto.
Puede verse un Crystal Palace-Bournemouth en Selhurst Park y disfrutar. Puede verse un partido de la Ligue1 y descubrir jugadores desconocidos que son una maravilla. Puede verse un documental del nuevo estadio del Tottenham y quedar fascinado por toda la intrahistoria que incluye su construcción. Puede disfrutarse de medianías como Parejo, Canales, Jorge Molina, Lo Celso o Wu Lei. Pueden leerse revistas de fútbol y cultura. Pueden descubrirse camisetas que transmiten y cuentan historias. Sí, esa realidad existe, está ahí fuera, aunque no lo creáis.
Pero existen dos corrientes que (aunque la gente no quiera asumirlo) van de la mano: medios de comunicación que venden contenidos de dudosa calidad porque hay un público enorme que lo consume. Es así. Negarlo puede decir mucho de la persona que lo rechaza. A diario, todos los días, todas las noches. Ocurre, está ahí fuera, pero también se encuentran ahí fuera historias y una corriente de fútbol mucho más sana que sólo está esperando ser consumida y vivida.
No todo es mediático. No todo es polémica. No todo es malicioso. El fútbol es mucho más sencillo de lo que parece.