¿Debe el Liverpool plantearse la venta de Mohamed Salah?
La pregunta que titula este post puede resultar un tanto sorprendente, pero apareció en un debate reciente en Inglaterra y puede tener más de un argumento creíble, sólido y para presentar un escenario que, analizado, no es tan surrealista como puede parecer.
El Liverpool tiene una de las plantillas más competitivas del fútbol inglés y europeo. Es una realidad. El ataque del conjunto de Anfield es uno de los más goleadores que se han visto en el planeta fútbol en las últimas 3 temporadas y, evidentemente, sus jugadores son considerados deseos de mercado de prácticamente cualquier equipo del mundo. El tridente ofensivo formado por Roberto Firmino, Sadio Mané y Mohamed Salah es una amenaza constante para las defensas rivales, pero lo cierto es que esta temporada han dado un paso atrás respecto a sus cifras goleadoras.
Cuando acostumbras a tu parroquia a firmar estadísticas estratosféricas lo cierto es que, cuando bajas el listón, cuando das un pequeño movimiento considerado extraño, todo tiende a magnificarse. Pero, ¿es realmente así o sólo un espejismo?
La figura de Mohamed Salah es tema de debate en las islas británicas por su rendimiento. Pese a que sigue siendo uno de los mejores atacantes del mundo y que está entre las primeras plazas del ránking goleador, lo cierto es que las sensaciones del jugador egipcio no parecen convencer como antes. Salah suma 8 goles en 9 partidos disputados (no ha jugado todos). Una cifra extraordinaria que, en cambio, parece alejada a sus sensaciones. Sobre todo, porque 3 de esos goles llegaron frente al Leeds, en un mismo encuentro, mientras que frente al Aston Villa logró otro doblete. Es decir, 5 de sus 8 goles han llegado en 2 partidos de los 9 disputados.
Bajo ese contexto, analizando el escenario goleador, entonces, sí se abre un nuevo punto de vista. Sus cifras son altas, pero no así su regularidad, no así su presencia continuada. Es por ello que algunas voces en debates ingleses han planteado, por raro que pueda parecer, que el Liverpool pueda abrir la posibilidad a una hipotética salida de Mohamed Salah.
Todo se fundamenta en este rendimiento diferente, menos proactivo, más intermitente, y que, pese a ello, no resta poder mediático ni valoración de mercado del jugador. Es decir, una venta el próximo verano podría ser una decisión preventiva de cara a futuras temporadas en las que, tras ganar la Premier League y la Champions, esta plantilla tienda a minimizar sus expectativas y sus jugadores puedan ser devaluados. Salah, según esta corriente, ya empezaría a mostrar los primeros síntomas de que la excelencia es complicada de mantener y su valor de mercado sigue intacto. Es ahí donde nace la pregunta, donde puede recaer la clave para que su salida sea un acierto.
La tendencia del egipcio será descendente por pura lógica y una salida en verano podría ser el momento perfecto para sacar una cifra alta en su traspaso teniendo en cuenta que el Liverpool ha realizado uno de los mejores fichajes de la temporada, con Diogo Jota.
Cuando leí y escuché la pregunta, me llamó la atención. Sin duda, pero fríamente, tiene cierto grado de lógica y el Liverpool puede firmar una operación que a medio plazo puede ser productiva para las finanzas del club y no tan grave como pueda parecer para la dinámica deportiva del equipo.