La mejor liga del mundo
No es ninguna novedad. Ni siquiera es noticia. Lo destacable de todo es que ahora es rotundo, sin argumento sólido real que sea considerado como serio. La Premier League es la gran referencia a nivel futbolístico en Europa y en el mundo.
Lo es ahora, y lo lleva siendo años, pero interesaba vender lo contrario para que contratos multimillonarios, acuerdos publicitarios, vínculos profesionales, no se vinieran abajo. Pero esa ha sido la realidad. La Premier League es la liga más seguida del mundo.
Lo es ahora, insisto, y lo lleva siendo muchos años, pero todo quedaba excusado en el ya apestado argumento del “¿Y en Europa qué?”. Cuando Liverpool y Chelsea se coronaron campeones de Europa hace poco más de un año los detractores del fútbol inglés sólo pudieron callar, abrir el periódico o mirar el móvil para disimular como si con ellos no fuera el tema, y dejar pasar la tormenta.
La Premier League tiene a los mejores entrenadores del mundo, tiene cada vez más jugadores de primerísimo nivel mundial y las excusas contra su potencial cada vez son menores, cada vez son menos y cada vez son de peor calidad. Se dice que La Liga es la mejor del mundo, que los clubes españoles arrasan en Europa. Sí, si consideramos La Liga y clubes españoles como Real Madrid y Barcelona, sí. Evidentemente, han sido protagonistas en la última década. Pero, ¿nadie se da cuenta de que son dos equipos? ¿No se dan cuenta de que es una mentira?
Imaginad que el Celtic de Glasgow gana la Copa de Europa. ¿Sería la Scottish Premiership la mejor liga del mundo? Reconozco que he sentido algo de rubor al escribir el anterior ejemplo, pero es la realidad, según estos expertos que han afirmado rotundamente sobre el potencial del fútbol español.
No. No era el fútbol español. Eran Real Madrid y Barcelona. Eran Cristiano Ronaldo y Leo Messi. Y, sí, intentaré ser justo y otorgar su reconocimiento público al Sevilla por su rendimiento en Europa, pero ¿y en La Liga? ¿Cuántas ligas ha ganado este Sevilla? Es la realidad. Y ahora, cuando Real Madrid y Barcelona firman sus peores años, es cuando todo el escenario se viene abajo. Cuando no está Cristiano Ronaldo, cuando Messi está a punto de dejar el Barcelona, cuando los contratos publicitarios están cerca de firmar a la baja.
Ahora toca hablar del dinero de la Premier League, como si fuera una novedad o una sorpresa. Claro. Claro que en Inglaterra los clubes tienen más dinero, claro que fichan más, claro que pueden crear mejores plantillas. Pero, ¿qué le vamos a hacer si se organizan mejor, si son más éticos, si miran en el bien colectivo y no el bien del binomio? ¿Qué le vamos a hacer si son la referencia? Lejos de criticar, de intentar menospreciar (porque no lo consiguen) deberían analizar lo propio, sacar conclusiones propias, e intentar mejorar. Mejorar, que no copiar, porque es casi ridículo ver cómo cada año, cada temporada, en España se toman las medidas que se implantaron un curso antes en Inglaterra. En territorio español todo se hace mal o al revés, y así es difícil. Así es complicado. Pero eso no es culpa de la Premier League, del fútbol inglés en general.
Va más allá. Se trata, también, de una tradición cultural instalada desde hace muchísimas décadas en la sociedad, en las familias, en la gente. Un día me dijeron que si no sabes de qué hablar con un inglés debes sacar a relucir tus conocimientos futbolísticos o tratar los siguientes partidos del calendario. Es automático. Ese 'clic' no es dinero, ni se compra. El fútbol es social, crea comunidades, trata a los aficionados como lo que son, aficionados, y no como consumidores. Están a años luz en términos sociales. Pero es más fácil hablar de dinero cuando el contexto está a otro nivel. Aunque, claro, es complicado de entender cuando se viven realidades diferentes en muchos aspectos.
Lo gracioso, lo curioso, es que todos esos detractores del fútbol inglés dejan de lado cualquier plan cuando desde las islas británicas encienden el foco de las grandes citas. Caen rendidos, pero lo harán en una habitación a oscuras, tirando de algún stream pirata, con gafas de incógnito, incluso algún más coqueto se atreverá con un bigote de mentira para pasar el rato y deleitarse con esa liga apasionante que sólo ama en privado porque su pareja no lo sabe.
Van a ver al Tottenham de Bale y Mourinho, van a ver al Everton de James y Ancelotti. Verán al Manchester United de Pogba y Bruno Fernandes, verán el megaproyecto fabricado por el Chelsea, verán al Arsenal de Arteta, Willian y Aubameyang, y por supuesto verán al Manchester de City de Pep Guardiola y al Liverpool de Klopp. Pero, es una pena, lo deberán hacer en el anonimato, en la clandestinidad, porque su orgullo les obligará públicamente a ir contra su amor prohibido.
Es una realidad incontestable. La Premier League es la mejor liga del mundo. Ahora sí. De todas las maneras, formas, colores y posibilidades. No hay color.
The beautiful game.