James Rodríguez: un fichaje para ilusionar al Everton

James Rodríguez llegaba a la Premier League con muchos argumentos sólidos para creer que su llegada a la zona Toffee de Liverpool podría ser uno de los fichajes del año en el fútbol inglés. Y en apenas dos jornadas disputadas ya empieza a sobrevolar en el ambiente esa sensación casi innata de que el colombiano es un futbolista muy especial.

Tuvo un debut muy completo, sin complejos, de cierto liderazgo, sin esconderse, en el Norte de Londres frente al Tottenham y frente al West Bromwich Albion dejó muy claro que lo visto en su estreno no fue fruto de la casualidad.

Ancelotti sabía lo importante que era su fichaje. Una relación casi personal. Una relación que supera lo puramente futbolístico. Coincidieron en el Real Madrid, coincidieron en el Bayern de Múnich, estuvieron cerca de coincidir en el Napoli y se reencuentran ahora en las filas del Everton. La confianza del técnico italiano es absoluta. La seguridad del jugador colombiano a sus órdenes refleja lo mismo. Una pareja profesional que es sinónimo de entendimiento, encaje, y casi perfección.

Dos semanas de Premier League han sido suficientes para dejar claras muchas cosas. Por un lado, que James Rodríguez sigue siendo una estrella, que sigue siendo un futbolista determinante cuando tiene confianza y seguridad. Por otro lado, que sigue siendo incomprensible cómo un jugador como James no tenía sitio ni ha triunfado en el Real Madrid. Quizás esa sea una de las preguntas a analizar, pero quizás leerán más sobre este tema y la decisión de Zidane en estas líneas que en cualquier otro medio. Porque no interesa, más que nada. El conjunto blanco ha dejado escapar un jugadorazo.

Una de las mejores zurdas del fútbol actual que ha vivido un periodo con más dudas de que recursos sólidos en Madrid. Un jugón intermitente en sus aspiraciones de ganarse un puesto en las filas madridistas. Salvo una buena primera temporada, su rendimiento siempre estuvo entre la duda, la injusticia, las cesiones y, finalmente, Ancelotti acabó acudiendo de nuevo a su llamada de rescate para que, ahora, sus fans, sus seguidores, le sigan viendo a un más que respetable y admirado estado de forma.

El Everton, considerado desde hace años un equipo histórico venido a menos y que no opta realmente a pelear con el resto de grandes por el título liguero, tiene en sus filas a una de las grandes estrellas, a uno de los mejores fichajes. Un jugador que ya ha colocado, en apenas 2 jornadas, un gran foco para seguir de cerca en Goodison Park durante las próximas semanas. ¿Decimos con esto que ahora son favoritos? No, seguramente no, pero al menos han creado una advertencia real, sólida. Una alerta para que sus rivales sepan, sean conscientes, de que este equipo está haciendo las cosas bien en ataque. En defensa es otro tema, eso sí.

James Rodríguez va a aportar calidad, definición, soluciones, incluso desborde, la magia que faltaba, la esencia innata del jugón, del crack. Cuando Ancelotti ha insistido tanto en su fichaje era por algo, y en apenas dos semanas ha quedado claro que tenía razón.

Da la sensación de que el jugador colombiano lleva varios años jugando en Inglaterra. Su adaptación está siendo interesante, muy positiva. El entendimiento con la filosofía del técnico parece haberle ahorrado, por ahora, la barrera del siempre comentado juego físico del fútbol inglés. Eso, o que es demasiado bueno. Ambas cosas, supongo.

Estoy seguro de que en Madrid más de uno ya empezará a preguntarse cómo un jugador como él no tenía hueco, minutos ni oportunidades para Zinedine Zidane. Aunque bueno, algún día saldrán cartas escondidas a la luz y el aura celestial del maestro, quizás, quede al descubierto.