¿Por qué Guardiola tiene obsesión por los defensas?

Parece una obsesión. Parece su gran pesadilla. Parece su gran tarea pendiente año tras año. Pero es que los problemas de sus equipos desde la salida del Barcelona se han convertido en una preocupante rutina que siempre acaban encaminados hacia el mismo destino: el mercado de fichajes.

Le ocurrió en Baviera, y ahora le ocurre en el condado de Greater Manchester. Tanto en el Bayern de Múnich como en el Manchester City, se encuentra el mismo contraste, la misma diferencia descomunal. Equipos con ataques poderosos, contundentes, considerados de los mejores del planeta. Pero cuando echa la mirada hacia su izquierda desde la banda, cuando echa la mirada en la zaga defensiva, cuando mira su defensa, entonces, salta una alerta. Una notificación de esas que son molestas en el móvil y que te gustaría silenciar.

Su actual Manchester City vuelve a ser un ejemplo. Si arriba en ataque tiene a jugadores de primera talla mundial tales como Agüero, De Bruyne, Mahrez, Bernardo Silva, Gabriel Jesús o Sterling, atrás, en defensa, los nombres no es que sean menos reconocibles, sino que lo realmente importante, el fútbol, genera muchas más dudas de las que debería. Y entonces, claro, llegan los problemas. Una defensa que genera demasiados problemas, demasiadas situaciones permisivas. Una realidad que tiende a ser silenciada por el enorme potencial ofensivo que tienen los Sky Blues. 

No son sus cifras, sino sus sensaciones. El Manchester City es el máximo goleador de Inglaterra en el pasado curso deportivo, y en el ámbito de goles en contra sólo el campeón Liverpool firmó mejores registros. Para nada negativos, pero es cierto que los rivales presentan más valentía, más ocasiones, más personalidad en metros finales de lo esperado. Tanto por los laterales como por el centro de la zaga defensiva. Quizás las bajas cifras de goles recibidas hayan sido más deméritos del rival que méritos propios. Y es ahí donde todo recoge mayor importancia.

La defensa sigue siendo el gran quebradero de cabeza, además, porque algo sigue fallando. No es falta de fichajes, no es falta de nombres, no es falta de decisiones. Guardiola pide, el Manchester City compra, pero luego las sensaciones son muy diferentes. Cuando el club ficha a defensas los comunicados generan interés, ilusión, y expectativas. Pero luego, luego menos de lo esperado, luego poco, o incluso nada. Y es el gran 'pero' de Pep en los últimos años.

Este año, de nuevo. El Manchester City ha oficializado dos operaciones por ahora, y una de ellas, claro, un defensa. No es un defensa cualquiera. Como decía antes, un fichaje ilusionante, que al enterarte afirmas "Qué buena pinta tiene esto, qué fichaje tan interesante...". Llega al Etihad Stadium el joven Nathan Aké, quien llevaba varios años rindiendo muy bien en el Bournemouth de Eddie Howe tras su fallido intento de tener oportunidades en el Chelsea. Y el descenso de los Cherries (jugarán la próxima temporada en Championship) parece que ha sido el factor determinante para que los Sky Blues se hayan lanzado a por su fichaje. Eso sí, 40 millones de euros.

De nuevo el Manchester City haciendo una inversión importante por un defensa, por un central, por un prometedor jugador que ya tiene experiencia y rendimiento demostrado en la élite. Pero ahora viene lo importante. Ahora debe demostrar que es una opción a largo plazo. Ahora debe demostrar que no es una solución temporal, ni un parche, ni maquillaje. 

No es que la defensa sea una obsesión para Guardiola. Es que los problemas defensivos de sus equipos son una realidad. O dudas, más que problemas. En ocasiones generan demasiadas facilidades y eso, por muy gran potencial que tengas, en ocasiones acabará teniendo un brillo demasiado importante para un factor (el de los errores defensivos) que quizás no sea precisamente aconsejable que destaque.