La (poca) memoria del fútbol

Me lo temía. Cuando todo apunta a que Ferran Torres tiene muy cerca su fichaje por el Manchester City, se ha abierto la puerta de todo tipo de comentarios. Buenos, malos, dantescos, surrealistas, incluso graciosos. Pero, sobre todo, injustos. ¿Injustos? He sido el primero en criticar su estado de forma tras el confinamiento, pero tirar basura ahora sobre la figura del joven jugador (todavía) del Valencia me parece injusto.

Ferran Torres era un ídolo de Mestalla esta misma temporada. Digo era porque, según parece, ya no lo es. El futbolista valenciano está muy cerca de ser nuevo jugador del conjunto de Pep Guardiola y mucha gente ya se ha olvidado de que sus escapadas por banda, sus regates milimétricos, su sentimiento valencianista y sus goles. Es una pena. Evidentemente, debo reconocer que las formas de su salida no han sido las mejores. Muy mejorables, seguramente. Pero, pensándolo en frío, en estas líneas, creo que su entorno, sus agentes, quizás hayan tenido mucho que ver en todo. Tanto en la decisión de abandonar el Valencia como en el pulso que han lanzado al club.

Creo, además, que el confinamiento, el no haber disputado partidos desde el mes de marzo, han enfriado el sentimiento de la grada. En general, con todos los jugadores. Los aficionados se han sentado frente a la televisión durante estas semanas de forma fría con una sensación entremezclada de desilusión provocada por los resultados y de calentamiento personal por los titulares que nacían y surgían desde los medios de comunicación.

¿Alguien ha visto un mal gesto de Ferran? ¿Alguien ha escuchado alguna mala palabra? No. Nada. Cero. Fotos que se han sacado de contexto, que se han analizado hasta el más mínimo detalle casi de forma obsesiva. Pero la realidad es que ha sido todo partiendo del escenario congelado de una temporada atípica por la situación sanitaria y negativa por los resultados. 

¿Qué hubiera pasado si el Valencia hubiese firmado una buena temporada? Probablemente nada de lo anterior.

Ferran Torres es un futbolista muy interesante, con un futuro extraordinario. Pep Guardiola lo sabe, y ya dicen que puede ser la nueva perla que va a pulir para ser una de las estrellas del futuro. Pero en Mestalla también lo saben, son conocedores del potencial del jugador, saben que es valenciano, que es valencianista, que ha nacido futbolísticamente en la terreta, en la fructífera cantera de Paterna. Y quizás eso haya sido una de las causas por las que su salida puede haber creado todo este incendio (injusto, insisto). El desamor del que ve marcharse a alguien que admira.

El fútbol no tiene recuerdo, o lo tiene muy corto. Lamentable y tristemente, pero la tendencia siempre ha sido así. Clásica estrella que destaca, la grada se enamora, se convierte en ídolo, empiezan los rumores de su marcha, se va, y entonces se activa la basura contra su figura. 

Toca pensar fríamente. Ferran Torres estaría cerca de marcharse al Manchester City. Uno de los clubes más poderosos del mundo, tanto a nivel económico como deportivo, y en Valencia no hay precisamente estabilidad que se diga. Realmente, ¿es lógico o no es lógico?