La jugada maestra de Mikel Arteta

Mikel Arteta iba a vivir una tarde-noche especial por diferentes motivos el pasado sábado. Su primera semifinal copera como entrenador. Una semifinal copera ante Guardiola, quien hasta hace unos meses era su compañero de rutina y, seguramente, su fuente de conocimientos técnicos y tácticos. Podría decirse que uno de sus 'maestros' en los banquillos. Pero iba a especial, además, porque su Arsenal haría saltar la banca al eliminar al todopoderoso Manchester City de Pep, uno de los equipos más en forma del planeta.

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La jugada le salió perfecta al técnico donostiarra. Tras realizar rotaciones entre semana frente al Liverpool pensando en el compromiso del fin de semana ante el Manchester City, consiguieron el doble objetivo: ganaron ante los Reds y estarán en la próxima Final de FA Cup. Ni perdieron ante los ya actuales campeones ingleses ni cayeron eliminados en el torneo copero. Su rival en Wembley, el Chelsea, por cierto. Cuando muchos se relamían por un posible derbi de Manchester en la Final, habrá derbi, sí, pero londinense. 

La semana salió perfecta, como digo, a Mikel Arteta. Las rotaciones entre semana con jugadores de la importancia vital para el equipo como Bellerín, Ceballos o Aubameyang, no le privaron al conjunto Gunner de ganar. Y, encima, con sus jugadores más descansados, estuvieron a la altura de las circunstancias para que los del Emirates vuelvan a Wembley.

Todo ello tras un partido sólido, en los que el Arsenal transmitió una rigidez colectiva casi perfecta. No fueron superiores en el global ante el Manchester City, pero tuvieron dos claves que marcaron y definieron el partido: eficacia pura con un doblete de Aubameyang (uno de los que había descansado) y un partido defensivamente que rozó la perfección. Y sobre Wembley un aura opaco que dejó muy claro que no fue fruto de la casualidad. Una sensación de que lo ocurrido y visto sobre el siempre excelente césped del coliseo inglés fue el resultado de un plan, de una trama planificada que salió a las mil maravillas.

Se ha dicho, se ha comentado mucho, que el alumno venció al maestro, que la etapa de Arteta como asistente de Pep Guardiola en el Etihad Stadium sirvió de ventaja para el técnico ahora del Arsenal. Y quizás sí. Digamos que Arteta sabría, o podría prever, cualquier posible punto de vista del técnico catalán. Al menos sería un argumento válido viendo cómo anuló al proyecto de Manchester.

El Manchester City dominó más, fue más protagonista. Pero el partido del Arsenal defensivamente rozó la excelencia. Un muy cuestionado David Luiz firmó un partido sublime. El brasileño lideró a los suyos desde la zaga defensiva junto a un Mustafi que se convirtieron en un auténtico muro que sacaba todo ataque rival, que rebotaban cualquier balón que llegaba al área. Y no nos olvidemos de un Emiliano Martínez que está firmando un extraordinario final de temporada.

La jugada perfecta de Mikel Arteta. Por su eficacia, por su contundencia ofensiva y defensiva, por el riesgo tomado entre semana, y por la importancia evidentemente de eliminar a uno de los equipos más poderosos en las islas británicas y en el fútbol europeo y mundial.