¿Debe Ferran Torres bajar una marcha?
El futuro de Ferran Torres ha sido, digamos, trending topic en los últimos meses en la capital del Turia. Una renovación que todavía sigue sin confirmarse, sin sellarse, y las pistas no apuntan a nada concreto. Por parte del club, sin noticias, y las filtraciones por parte del entorno del jugador se han entremezclado entre el tono misterioso y la incerteza.
Ferran Torres (o sus agentes) quiere una renovación tras su explosión deportiva del último año. Es real. Es una realidad. Negar la evidente evolución del futbolista en el Valencia sería mentir, o ser un ignorante. Ha pasado de ser un ilusionante canterano a uno de los ídolos de la grada. Ha pasado de ser un joven desconocido que tenía minutos sueltos a un jugador cuyo rendimiento le ha convertido en pieza clave de este equipo.
Evidentemente, este contexto es el escenario de partida para que el futbolista valenciano y valencianista, con muchos argumentos a favor, quiera dar el salto adelante en lo que a un reconocimiento oficial se refiere.
El amor de la grada no es eterno. Su rendimiento no será infinito. Es una realidad. Decenas de casos (por no decir cientos) de ídolos caídos, de estrellas que explotaron y su luz acabó apagándose con el tiempo. De hecho, la situación actual viene a ser el punto clave de todas estas líneas.
Ferran había sido una de las grandes noticias 2019/20 del Valencia. Sin lugar a dudas. La situación deportiva e institucional del club ha sido tan negativa, dantesca y surrealista que pocas cosas han resaltado y destacado. Guste a la gente, o no, Ferran Torres aparece como uno de los aspectos más destacados.
Pero, entonces, llegó el coronavirus, llegó la gran pandemia mundial que afectó a cientos de países. Entre ellos, evidentemente, España. España y su fútbol. La Liga decidía pausar el campeonato, paralizar la temporada hasta nuevo aviso y provocaría (casi sin saberlo) un punto de inflexión en el estado de forma del extremo valencianista.
Con lo deportivo aparcado, entró en acción el tema renovación de la joven perla valenciana. Los medios de comunicación comenzaban a trasladar las filtraciones. El jugador (o sus agentes, reitero) activaron la maquinaria de la renovación. Pero el tono fue más serio, o desconcertante, de lo esperado.
Ferran Torres tiene ofertas de clubes de talla mundial como Manchester City, Real Madrid, Borussia Dortmund, Napoli o Bayer Leverkusen. Son las más comentadas. Unas ofertas que desde el entorno del futbolista se estarían usando para forzar al alza la renovación del jugador.
Sin embargo (como se ha especulado en medios valencianos), la postura de ambas partes estarían algo lejos. Se asegura que el Valencia quiere renovarle. Sería algo estúpido dejarle ir, sin más. Pero también se habla, se comenta, se escribe y se publica que el jugador/sus agentes no han respondido.
Una situación que ya acumula meses de idas y venidas. Demasiado tiempo. Un periodo que, por su larga duración, ha acabado quebrando a nivel popular. Unos critican al club. Otros critican al jugador. Luego están los que señalan con sus críticas a los agentes. Pero, ¿ahora qué?
El fútbol ha vuelto. La Liga se ha retomado con una dinámica valencianista que está lejos de lo esperado. Los resultados del Valencia no han sido los que habían escritos en las expectativas y el objetivo de entrar en Champions está casi descartado. Incluso la opción europea, en general. Las sensaciones del Valencia empiezan a ser decepcionantes. Tan tristes que ni siquiera ya duelen. Pero, ¿y Ferran Torres? ¿Cómo está rindiendo Ferran tras el confinamiento? Decepcionante. Lejos de su mejor nivel.
Una de las imágenes destacables de la vuelta al trabajo fue el físico de Ferran Torres. El confinamiento sirvió para que llevara a cabo un plan especial que ha tenido resultados sorprendentes a nivel muscular.
Su cambio físico es notable, más musculado, de imponencia física. Pero, ¿es esto positivo para su juego? ¿Resta esto electricidad y flexibilidad en sus escapadas por banda? No sabemos si es uno de los motivos. No sabemos si este cambio físico a nivel muscular es una de las razones. Pero es cierto que la vuelta al trabajo ha presentado una irregular dinámica de Ferran Torres.
Muy lejos de su mejor nivel. Muy lejos de su mejor estado de forma. ¿Debe esto hacer cambiar de rumbo su posición respecto a la renovación? ¿Debe hacer esto flexibilizar su postura? ¿Debe Ferran (y su entorno) cambiar la postura estricta y dura para su renovación?
La rigidez desde el lado de la afición se transformó con el paso de los días, de las semanas, en un “Hay que renovar a Ferran” casi rotundo a un “Bueno, se están pasando. Si no quiere renovar, que lo diga”. Y ahora, con la vuelta del fútbol, sus altas exigencias pueden haberse encontrado un argumento en su contra desde su origen natural: el jugador.
El Valencia no ha vuelto al trabajo de una forma positiva. Es una realidad. Y dentro de la dinámica valencianista uno de los jugadores de los que se espera mucho más es Ferran Torres.
Ahora, varias preguntas.
¿Debe el Valencia renovar a Ferran? Rotundamente. Sí.
¿Debe el Valencia acceder sin pensar a sus altas pretensiones para ser uno de los jugadores mejor pagados de la plantilla? Quizás deban pararse a pensar y reflexionar, porque el estado del jugador actualmente no está siendo ni mucho menos positivos. Hacer veinte minutos buenos no maquillan en absoluto el bajón.
¿Debe Ferran bajar una marcha, ser más flexible y ser más razonable? Seguramente, sería algo lógico. El tema está (como vengo comentando) en su entorno, en sus agentes. Si las ofertas de los grandes del fútbol europeo son reales quizás sí deban tenerlas en cuenta.
Es normal. Pero también sería ético y razonable evaluar realmente la situación, ya que las enormes exigencias narradas durante el parón deportivo por la crisis del coronavirus, ahora mismo, son surrealistas. Está en su derecho de irse, pero ni las exigencias son reales actualmente y su silencio deja muy en duda su postura real.
Ferran Torres, ahora mismo, no está en su mejor nivel, está lejos de su potencial máximo y, creo, si él realmente es consciente de todo ello y realmente antepone su sentimiento valencianista al económico, debería rebajarse un poco, debería quitar una marcha. Sería lo lógico. Aunque en este club, en este equipo, incluso en el fútbol en general, la lógica dejó de ser tal hace mucho tiempo.