La NBA, como dogma
El baloncesto es el deporte con el que me he criado, el que me ha enseñado que significa trabajar en equipo, el que me ha hecho entender el sacrificio que supone conseguir las cosas por ti mismo y ser capaz de involucrar a los demás.
Me ha servido para entender a cómo recuperarte de las adversidades aunque todos o mucha gente te invite a rendirte.
La NBA además representa para mí algo más que una competición deportiva. Para mí es fuente de inspiración y la historia de muchos de sus jugadores parte fundamental de mi consciencia social. Me gusta cómo está estructurada, como se vende y las historias que esconde detrás de cada partido. Es fuente de incontable de historias de superación personal, de cómo evadir una mala vida gracias a una pelota y una canasta y en definitiva de conseguir el éxito con el trabajo en la sombra.
También es una fuente inagotable de historias de fracasos. Aquellas que son tristes y fruto de malas decisiones. Historias rotas por el éxito prematuro, ese que muchas veces supone para sus actores, más un hándicap que una suerte. Historias de infortunios que acaban por hacer olvidar lo que un día prometía ser eterno.
No obstante, incluso esas malas historias construyen buenos ejemplos para todos los que seguimos este deporte. Representan aquello que afirma que es importante mantener los pies en el suelo aunque a veces sea difícil.
De que por mucho dinero, poder y influencia que tengas en la vida, lo esencial no es eso. Y también aquello que aunque no lo creas, se puede salir de las adversidades incluso aunque te empeñes en pensar que son injustas. Hay cosas que no podemos controlar, que son fruto del azar, de la vida, del destino y que ni el dinero ni la fama puede evitar.
Todo eso es capaz de transmitirse desde una sola liga de baloncesto, desde sólo una competición deportiva. Y todo eso sin contar los valores comunes que transmite el deporte, respeto, compañerismo, sacrificio, trabajo en equipo.
En definitiva, gracias por todo, NBA
Claro que hay cracks egoístas, para mí la mayoría. Pero también hay cracks generosos, como el de tu imagen, Jason Kidd.
Otro deporte que en Estados Unidos se caracteriza por haber conseguido sacar de las calles a chicos con pocos recursos y con pocas posibilidades de progresar ha sido históricamente el Boxeo. Como por ejemplo, en el caso de Mike Tyson. Y aunque el Boxeo no es un deporte de equipo, también hace adquirir muy buenos valores como el sacrificio, la constancia, la fuerza mental y también el saber ganar y el saber perder.
Felicidades por tu blog, y suerte en las apuestas.
En el caso particular de la NBA, no considero que sea el paradigma de todo esto, El baloncesto a nivel amateur sí, pero una vez ya en la NBA, yo encuentro en los jugadores estadounidenses mucho egoísmo y prepotencia, mucho deseo de triunfar de forma individual, de ser el "jugador franquicia", de hacer mejores números que tu homólogo en el equipo contrario, etc.. Mientras son los jugadores europeos en su mayoría los más generosos, los que piensan más en el equipo. Un claro ejemplo, el de Gasol y Bryant en los Lakers.
Entiendo que en España hay gente que se ha críado con la NBA y le apasiona, no en vano es la mejor liga del mundo de baloncesto con diferencia. A mí me encantaba Andrés Montes, le daba mucha vida a lo largos que son esos partidos, pero ya digo que los valores del deporte son universales, no exclusivos de un deporte, y el papel del entrenador es muy importante para inculcar esos valores.
lo primero como no, gracias por la lectura y dar una opinión tan fundamentada. A decir verdad tengo que decir que estoy bastante de acuerdo en lo que dices. No obstante no encuentro relación entre ser una estrella de la NBA y ser egoísta o individualista. Son muchos los ejemplos de lo contrario, que me cuesta entender ese visión como válida.
A lo que yo me refería es a las historias que muchos jugadores esconden detrás de su éxito. A los orígenes humildes de muchos de ellos, que si no llega a ser por la humildad, trabajo diario y mucha convicción no estarían dónde están. Muchos de esos jugadores veían como lo fácil no era precisamente entrenar y ser un jugador profesional, si no drogas, delincuencia o perder el tiempo. Ahí es dónde está realmente el valor de las historias que la NBA esconde.
Ejemplos hay muchos, pero el caso de LeBron James y cómo llegó a ser lo que es lo puedes ver la película inspirada en él "More than game"
También es buen ejemplo la historia de Kawhi Leonard que la puedes leer en este artículo:
http://kiaenzona.com/mejor-2016/los-ojos-de-kawhi-por-andres-monje-48117/
Quizás así puedes entender exactamente a qué me refiero. Y como último colofón, me gustaría compartir otro exponente de himildad y preocupación por la comunidad, con el programa NBA cares, dónde creo que el egosimo y la prepotencia no encuentran cabida.
Más info: http://cares.nba.com/
Saludos!