¿Por qué tantas críticas a la Premier League?

Ha vuelto a ocurrir. Con algo más de un mes para el final del mercado de fichajes, la Premier League vuelve a colocarse como la referencia a nivel económico y lidera la lista de desembolso monetario en materia de refuerzos.

Su exitoso, eficiente y equitativo reparto televisivo permite que todos los equipos adquieran presupuestos para formar plantillas competitivas. Es la realidad más incontestable que explica todo.

El 50% del total se reparte en partes iguales. Da igual que sea el Manchester City (actual campeón) o Sheffield United (colista y descendido la pasada temporada). Todos cobran lo mismo en este apartado.

Posteriormente, de la otra mitad restante del presupuesto, se reparte un 25% según la clasificación de la pasada anterior. Es decir, como es lógico, los méritos deportivos tienen incidencia. El Manchester City, campeón, cobra más que el segundo y así de forma descendente hasta completar los 20 equipos participantes. Aquí se premia el esfuerzo de forma lógica. Éticamente, teniendo en cuenta esto, es lógico y normal que el primero cobre más que el último, porque así lo han conseguido a nivel deportivo.

Para finalizar, el otro 25% restante se reparte en base a datos como veces en las que sus partidos se han emitido por televisión. El curso pasado, por ejemplo, el Liverpool lideró las audiencias con 28 encuentros retransmitidos por las cadenas que tienen los derechos.

Así, todo en su conjunto, teniendo en cuenta los tres repartos económicos, se obtienen los presupuestos individuales para los equipos. El resultado, pues, es una división igualitaria que permite a 'grandes' y 'pequeños' tener la posibilidad de fabricar sus respectivos proyectos. Si luego ganan unos u otros ya se limita a méritos deportivos y no tanto a las diferencias económicas que crea el torneo.

Sigamos con el ejemplo del Sheffield United. Fueron los que menos dinero ganaron la pasada temporada, pero han recibido, pese a ser últimos, casi 97 millones de libras. Una cifra imponente, muy importante, que les permite fichar, que les permite convencer a jugadores para formar su plantilla. A partir de ahí, la forma de gestionar el dinero ya no depende de la organización de la liga, sino de su capacidad de obtener recursos eficientes y productivos.

El reparto televisivo inglés es una de sus grandes marcas. El brillo económico, así, les permite obtener a muchas de las grandes estrellas del fútbol, aunque el reciente Brexit puede marcar un nuevo contexto estos próximos años. Sin embargo, pese a ello, la Premier League sigue liderando el ranking monetario de las grandes ligas del fútbol europeo.

Todo lo anterior sigue generando polémica desde fuera de las islas. En lugar de valorar y ensalzar la exquisita tarea de la Premier League por permitir que todos los clubes tengan opciones de competir, se señala al dinero como algo negativo.

Se habla, se comenta, se lanza al aire a ciegas, que el fútbol inglés sobrevalora el terreno, que explotan los precios y complican todo en el Viejo Continente. 

Nada nuevo. Ninguna novedad. Siempre hay argumentos para ir contra ellos. Si fichan buenos jugadores es, según los sabios del lugar, porque se exceden en los precios pagados. Si gastan mucho dinero es, según los más expertos, porque crean burbujas monetarias contra las que es imposible competir. 

Todo malo. Todo negativo. En lugar de valorar su excelente reparto televisivo que minimiza diferencias, en vez de intentar reclamar que en sus respectivos países se trabaje más y mejor para mejorar la situación, se lanzan dardos y basura contra las islas.

El cuento de cada verano. La historia mil veces leída, escuchada y narrada. 

¿No se aburren?