Adiós a una de las temporadas más raras de mi vida

Acabó una Premier League histórica por muchos motivos. Evidentemente, por haber visto 30 años después al Liverpool levantar el título liguero en esa mítica grada de The Kop, pero también por haber sido una temporada demasiado rara, demasiado diferente, como motivo, como consecuencia, del parón provocado por la crisis sanitaria del coronavirus.

Una temporada que, personalmente, divido en dos. Es evidente. Tras el confinamiento, no ha sido lo mismo. Sí, era fútbol, era fútbol inglés. Sí, era la Premier League, eran sus estrellas, sus estadios, sus historias románticas. Pero no, no ha sido lo mismo. Uno seguía soñando con esos viajes mentales a las islas británicas, pero por mucho empeño que uno le pusiera todo tenía un tono frío, una temperatura más fría, una distancia mayor.

Ha sido, como digo, un curso deportivo raro. Sinceramente, se me ha llegado a hacer un poco largo. Sobre todo porque, por mucho que quisieran convencernos, por mucho que quisiera convencerme, no, no era la Premier League que adorábamos hasta hace unos meses. Uno lo seguía casi por decreto, casi de forma automática. Miraba los apuntes mentales de los meses previos al parón e intentaba crear dinámicas como las de Danny Ings, intentaba crear vínculos que siguieran estados de forma, pero al final no acababa de estar tranquilo. Veía partidos, veía resúmenes, me dejaba caer por el Match of the Day, pero no, no me convencían.

Sobre todo en las jornadas finales. Pese a que la zona europea y la zona del descenso todavía escondían datos, cosas importantes, el deseo de que todo finalizara cada vez era mayor. Y no por nada más allá que querer un contexto de normalidad que, por otro lado, ni siquiera sabemos si volverá. Afirman que para la próxima temporada podríamos recuperar las gradas con público. No se sabe si al cien por cien o con limitaciones de aforo, pero sí parece que la intención (a día de hoy) por parte del Gobierno británico es que se retome cierta normalidad en el próximo curso.

El fútbol inglés está considerado como uno de los más prestigiosos del mundo. La Premier League está considerada como una de las mejores ligas del mundo. Pero si por algo se caracteriza, si en algo no tienen rival, si en algo juegan en una liga superior respecto al resto del planeta es, sin lugar a duda, en el ambiente. Los estadios ingleses son otra historia. Historia, buen término para definirlo, por cierto. Y es ahí donde me ha creado ese sentimiento mezclado entre ganas de ver fútbol inglés pero al mismo tiempo con ganas de que acabara.

Y ha ocurrido. Se acabó la temporada. Ahora, con calma, a esperar qué ocurre con la próxima temporada. El tema sanitario del coronavirus no llama a la calma precisamente y de aquí a septiembre puede ocurrir absolutamente de todo. Ojalá se cumplan los rumores. Ojalá la temporada vuelva con público, ojalá que podamos volver a vivir esos ambientes maravillosos, pero insisto, con tranquilidad.