Meriton, ¿por qué no se van?

No se van. Meriton no se va. 

Pese a que un enorme porcentaje de Valencianistas quiere que se marchen, no se van. Pese a que el equipo está estancado deportivamente, no se van. Pese a que el proyecto no crece, no se van. Pese a que las relaciones institucionales con el gobierno valenciano han dejado al club en mal lugar, no se van. Pese a que no obtienen beneficios, no se van. Pese a que demuestran tener poco o ningún interés en mejorar, no se van.

No se van. Y no se van desde hace algunos años. 2019, más concretamente, cuando detonaron por todos los aires un proyecto muy serio en favor de su ego y beneficio propio, por encima del club, su historia y sus aficionadas y aficionados.

El Valencia atraviesa el peor momento de toda su historia. No porque los resultados no sean positivos, sino porque da la sensación de ser un club arrestado, secuestrado, bloqueado, ninguneado. El timón del proyecto está manejado por gente muy alejada del fútbol, muy alejados de los inmensos sentimientos que genera este deporte.

Ellos sólo ven números, cifras, economía y, pese a que no destacan notablemente, no se van. No se van y la paciencia en la capital del Turia sigue bajando, sigue minimizándose.

Deportivamente, el equipo está mal, es irregular, no maneja los tiempos, no finiquita sus ocasiones y da la sensación, además, que la facilidad de las llegadas rivales son demasiado permisivas para aspirar a cualquier objetivo importante.

El Valencia vuelve a estar demasiado cerca del descenso para un equipo de su Historia y su estatus. No es la primera vez que ocurre (curiosamente) desde la llegada de Meriton, pero siempre daba la sensación de que había tres equipos peores que minimizaban los riesgos y ayudaban a controlar la situación.

Pero, ¿qué ocurrirá el día en el que no sean tres y sean dos, por ejemplo? ¿Qué ocurrirá la temporada en la que la alerta roja suene fuerte, muy fuerte, y sólo haya dos equipos peores que te metan de lleno en la zona de descenso?

El Valencia respira con muchas dificultades, no mejora. No empeora gravemente, pero no mejora y las sensaciones no llaman a la mejoría. La situación es demasiado complicada, demasiado seria, demasiado repelente, para que no cambie, para que la ignorancia que late en el seno del club actualmente siga viviendo como si pasara nada.

Meriton, ¿por qué no se van? Una pregunta sin respuesta que ya hace demasiado resquemor en los aledaños de la Avenida de Suecia.