La dulce y cómoda tranquilidad veraniega del Manchester City

El Manchester City no está viviendo el verano más intenso, ni movido, ni mediático de su historia. Ni siquiera de su historia reciente, cuando han firmado sus mejores años, sus mejores registros y sus más prestigiosos éxitos. Manchester siempre ha sido una ciudad histórica a nivel de fútbol, pero casi siempre en tonos rojos, localizados en territorios cercanos a Old Trafford. Desde la llegada de capital extranjero procedente de Qatar, el tema cambió, varió, se modificó para igualar una balanza que ahora intentan repartirse Manchester United y Manchester City.

El conjunto de Pep Guardiola es el gran rival a batir. El equipo del Etihad Stadium es el equipo más admirado (por su superioridad y fútbol) y odiado (por los mismos motivos). Un contraste que genera amor y odio a partes iguales por la contradicción de ver a un equipo que sentencia sus partidos de forma rotunda, contundente, pero al mismo tiempo les convierte en un equipo casi imbatible, casi invencible.

Su último título liguero no fue el más sencillo de su historia, seguramente. La pelea deportiva presentada por el Liverpool de Jurgen Klopp hizo que el desenlace del campeonato no llegara de forma oficial hasta la última jornada, cuando Manchester City y Liverpool llegaron con opciones matemáticas de coronarse campeones. Un contexto diferente, un escenario con otros argumentos, pero con el final esperado, con el mismo resultado que la temporada anterior.

Dos años seguidos con Manchester City levantando al cielo inglés la preciosa copa de la Premier League. Y ahora, ahora calma. Una calma tranquila, por obvio que parezca. El ojo del huracán presenta una calma, pero una tranquilidad tensa sabiendo que sólo se trata de una pausa, de un stand by que desencadenará tarde o temprano de nuevo problemas. Ahora no. El conjunto de Pep Guardiola está firmando uno de los veranos más tranquilos que se recuerdan, y según las informaciones que llegan desde las islas británicas parece que va a ser la tónica habitual durante las próximas semanas.

Pocas noticias, pocos rumores y una calma especial generalizada que les ha apartado para dar prioridad informativa y mediática a otros proyectos que, todo lo contrario a los Citizens, presentan problemas o necesidades. El Manchester City va a fichar poco, va a cerrar pocas incorporaciones, y en materia de salidas tampoco parece que vayan a producirse demasiados movimientos. Sí. Van a fichar. Sí. Van a vender jugadores. Pero todo bajo el contexto de una calma real, controlada, esterilizada, sin maldad, sin consecuencias.

Se trata de un equipo que roza la perfección. Al menos aparentemente. Y eso va a traducirse en fichajes concretos, localizados, para reforzar ciertos aspectos del juego que Pep Guardiola cree necesario. Ya tienen a un centrocampista de garantías con Rodrigo, quien llegaba procedente del Atlético de Madrid. Con este fichaje, el técnico catalán ya tiene a su 'Busquets' particular. Necesitaba un relevo, un sustituto, para un Fernandinho que tiene más cerca la puerta de salida que la de la continuidad simplemente por experiencia y edad.


Pero hay más, o eso parece. Un lateral derecho, con Joao Cancelo (la opción cara) y Dani Alves (la opción barata y ya conocida por Pep de su etapa en el Barcelona), y quizás un sustituto en caso de que los rumores que sitúan a Leroy Sané en Múnich se acaben concretando. Aunque en este último, primero, deberían producirse para que tengan que acudir, o no, al mercado.

Pocos fichajes, pero concretos, de calidad. Fichajes, caras nuevas, a base de talonario para concretar carencias concretas. Sin locuras, sin perder los nervios, con toda la calma del mundo que ofrece y permite ser el mejor equipo del país.

No se habla casi del Manchester City. Un megaproyecto que va más allá de los fichajes, de sus mediáticos encuentros. Un club muy trabajado que permite a sus estrellas estar muy cómodas, con un entrenador que muy seguramente sea el mejor del planeta y con la calma de ser el rival a batir por los otros.

Un equipo que ya resta fechas para, en menos de un mes, volver a arrancar los motores para seguir aspirando a una Champions League que ya muchos, demasiados, desean con fuerzas, que incluso empiezan a exigir tanto al club como al entrenador catalán.

La dulce espera y calma de un Manchester City que, a día de hoy, parece un club privilegiado en cada uno de los puntos de vista que se analicen.