La decisión acertada de Ferran Torres

Ferran Torres firmaba hace un año por el Manchester City. El joven jugador español dejaba el club de su vida para embarcarse en su primer gran viaje profesional. Dejaba el Valencia para ponerse a las órdenes de Pep Guardiola (quien había pedido expresamente su fichaje) y hacia frente a una etapa diferente.

Una apuesta de futuro que tomó con una madurez inesperada para un chico de su edad. Un paso adelante que le colocaría en uno de los focos más mediáticos del mundo. En España ya era conocido, pero ahora debía seguir progresando con muchos, demasiados, hilos que no manejaría y controlaría a corto plazo. Una etapa diferente por el idioma, por jugar en un torneo nuevo, por salir de la zona de confort, por jugar por primera vez en un equipo que no era el Valencia de su corazón. 

Desde el principio aceptó el rol que tendría en Manchester. Ya no por su edad, ni por su carácter de jugador recién llegado, sino porque Guardiola trabajaba en una dinámica de rotaciones que afecta a prácticamente todos los jugadores de la plantilla. Prácticamente, claro, con permiso de los Rúben Dias, Kevin De Bruyne o Ederson, quienes parecen los más vitales en el esquema.

Ferran llegaba al equipo para demostrar al mundo su potencial, pero también (cabe recordar la entrevista concedida al periodista Guillem Balagué) porque quería hacer frente al reto de convertirse en uno de los mejores jugadores del planeta. Y su primer año ha sido muy notable.

El jugador español puede decir abiertamente que fue un acierto total fichar por el Manchester City. Su salida, las supuestas formas que filtraron algunos medios, el precio del traspaso, son otros temas que quedan en el lado mediterráneo del Valencia. Pero, objetivamente, sin filtros, sin puntos de vista, su fichaje le ha permitido evolucionar.

Ha rendido muy bien. En silencio, aceptando su juventud, su papel, su rol, sabiendo que tiene toda una carrera por delante, ha progresado y evolucionado de forma espectacular. Como extremo, como falso nueve. Por dentro, por fuera. Alternando titularidades y suplencias. Todo ello sin alzar la voz (aquello de lo que se le llegó a señalar durante sus últimos meses en la capital del Turia), aprendiendo.

Es una realidad incontestable. Guste, o no. Se acepte, o no. El fichaje de Ferran Torres ha sido un acierto total. Ha seguido explotando su faceta goleadora (ya suma quince goles sin ser delantero) y como asistente (tres asistencias). Su evolución está contrastada y, en mayor o menor medida, ya es un futbolista conocido a nivel mundial. 

Su salto desde el Valencia al Manchester City se ha consolidado a nivel mediático. El primer foco de los de Manchester es superior al de los de Mestalla y, si además se ha visto acompañado con buenas actuaciones (incluidos grandes encuentros en Champions League la pasada temporada), el caché del joven jugador valenciano ha crecido.

Ya sabe lo que es ganar títulos en Inglaterra (Premier League y EFL Cup) y, además, llegó a semifinales en FA Cup y a la final de la Champions. A esto se le debe sumar (a nivel de selecciones) las semifinales en la pasada Eurocopa 2020 con España. Todo eso en su primera temporada como jugador del Manchester City.

Ferran Torres sigue siendo un jugador que está un escalón por debajo de otros como De Bruyne, Mahrez o Bernardo Silva, pero ya no es un desconocido, ya es uno de los jugadores admirados por la grada del Etihad Stadium, y su futuro parece seguir apuntando hacia arriba tanto con el Manchester City como con España a nivel de selecciones.