El VAR dejará a mucho periodista fuera de juego

El fútbol ha triunfado porque es un deporte de sencilla comprensión y moderadamente entretenido de ver. Puede que haya deportes más adictivos para el espectador, pero las normas del fútbol han sido siempre tan simples y sencillas que permitían que cualquiera, tras 5 minutos mirando, entendiese de qué iba y qué se podía hacer y qué no. Sabes que hay que marcar goles, que eso se hace introduciendo una pelotita en una portería, que no puede salirse de las rayas blancas y que se le puede pegar con todo menos con el brazo. Luego que si faltas, amarillas, corners…de todo eso te vas enterando. Pero si hay una cosa que ha hecho del fútbol un deporte más complejo de entender es el puñetero fuera de juego.



El fuera de juego tiene sus orígenes en el S. XIX cuando su espíritu era el mismo que el del rugby: el jugador que recibía el pase no podía estar por delante del balón. Simple. Pero la simpleza duró 3 años, pues se modificó la norma y se cambió el balón como medida referencial a lo que se conoció como “tres jugadores”. Tenía que haber tres jugadores entre el receptor del pase y “la línea opuesta”, o línea de fondo rival. El desconcierto fue tremendo. Pero se adaptaron, vale. Podía haber pases adelantados y así fue como el fútbol evolucionó y dejo de ser un rugby con los pies a ser otra cosa diferente. Pero había pocos goles porque que hubiera 3 rivales implicaba mucha más defensa, así que 50 años después, en 1925, se debilitó la norma, reduciéndola a que haya 2 rivales entre la línea de gol y el receptor del pase.


Desde esta última grosera modificación sucedida hace casi 100 años hasta el día de hoy se han ido incorporando añadidos, sustituyendo cosas parcialmente o matizando, todo supuestamente enfocado a mejorar el espectáculo y que hubiera más goles. Por ejemplo, el concepto de “estar en línea” se incorpora en 1990, pero hasta entonces tenía que estarse claramente por detrás del penúltimo rival.


Más o menos, con matices y discrepancias, todos hemos entendido el fuera de juego. Puede costar explicarlo, puede no ser fácil de entender si eres neófito en esto, pero la realidad es que se acaba pillando que el jugador debe estar por detrás del balón o del último defensa (ojo, que la gente cree que es el último defensa el que marca el fuera de juego, y no es así literalmente).



Pero, ¡ay, amigos! Ha llegado a nuestras vidas el VAR. Ese complejo sistema de videoarbitraje que nos permite tener, quizá no al instante pero en un brevísimo periodo de tiempo, una línea perfectamente tirada que determina los fueras de juego con una precisión milimétrica. Muchos diréis: “perfecto, se acabó la polémica de los fueras de juego”. Pues no, señores. No es así. Porque existe una cosa llamada “prensa”, que realmente debería llamarse grupo de animales carroñeros dispuestos a despellejar a cualquiera con tal de vender su mierda. Porque este fin de semana hemos visto varios goles anulados por fuera de juego y otros en una posición comprometida que luego han sido ratificados por el VAR. Muy bien, hay polémica mientras la imagen esclarecedora aparece y no, pero… ¿una vez que ya se ha visto? ¿Qué duda puede caber? Estar en fuera de juego es como estar embarazada: o se está o no se está, es imposible estarlo “un poquito” y que, al ser por poco, no haga falta pitarlo. Algo así es lo que proponían algunos medios adjuntando la foto del gol de Keko para su Valladolid y asegurando que debería haber subido al marcador.


La polémica estaba servida porque ya estaba el VAR ayudando a los grandes. Debe ser que el gol que marcaba Luis Suárez y que, posteriormente, se anulaba por el mismo motivo, no había sido gracias al VAR. Daba igual, el VAR favorecía al Barsa. Y ojalá se quedara aquí. Con el gol de Benzema, pasaba algo similar: gente pidiendo que se anulara porque la línea estaba mal trazada, que no había que hacerlo desde el balón. ¿Pero en qué mundo vivimos si los propios periodistas desconocen las normas del deporte del que supuestamente informan?  Es vergonzoso que en cualquier medio primen los comentarios sensacionalistas en lugar de los que meramente informan. Se dedican a intoxicarnos las cabezas dividiéndonos entre proMadrid y proBarcelona desatendiendo al resto de equipos de la división, y eso que ahora empiezan a tener cierto peso equipos como Atlético de Madrid y Valencia, pero a los otros 16 ni se les menta salvo cuando se enfrentan a los 4 favoritos.


Lo que está claro es que con tanto tonto al mando, ni VAR ni absolutamente nada nos va a salvar de las absurdas polémicas cada fin de semana.