Crónica del Portugal - España: Análisis post-partido

Anoche arrancamos nuestra andadura en el Mundial de Rusia. Esa mezcla de nervios e ilusiones que se funden en una espiral alternando éxtasis con decepción. Espiral que nos duró 3 minutos. Nacho, que cubría la baja de Carvajal, cometía un penalti tonto sobre su compañero madridista Cristiano Ronaldo quien, poco después, transformaba en el primer tanto del partido. Tocaba remar.



Pero la España, la España de Hierro, no se amilanaba. Una conjura de todos los jugadores nos hacía viajar a La Roja del toque y movimiento de pelota que nos aupó otrora al Olimpo del Fútbol en Sudáfrica. Pases, ronditos, toques y posesión nos iban quitando el miedo y los nervios de encima y nos íbamos acercando a la meta de Rui Patricio hasta que en un momento, un balón largo de Busquets dejaba a Diego Costa sólo contra el mundo, pegándose con 3 defensas portugueses, liándose él sólo y, de pronto, cuando todo estaba perdido, un derechazo empujaba la pelota hasta el fondo de las redes. 1-1. Volvíamos a nacer.


Mientras España se rehacía, Portugal no le perdía la cara al partido. Las contras se sucedían gracias a la posición adelantada de Busquets y no sin peligro. Jordi Alba tuvo que hacer gala de su velocidad punta en más de una ocasión para que no subiera el segundo tanto luso al marcador. Casi estaban los 22 enfilando en pasillo de vestuarios cuando el cielo se nos oscureció. Un inocente tiro de Cristiano que apenas amenazaba la portería española acababa besando las redes gracias a una defectuosa intervención de De Gea. En Zona Mixta luego lo achacaba a que el balón “es raro”, que el césped hizo que botase más…pero la realidad es que es una cagada de dimensiones épicas. 2-1 y al vestuario.


Aún no sabemos si Hierro es buen entrenador o no. No sabemos la mano que tiene con los jugadores. No sabemos si tendrá mano para cambiar un partido. Pero algo pasó en ese vestuario durante el descanso que la selección española que salió a los segundos 45 minutos no fue la de los primeros. Compacta, unida, ofensiva y creativa. Una España reconocible. Una España que ilusiona. Una España que la primera que tuvo, fue para dentro. De nuevo, Diego Costa. De nuevo, redimiéndose por todos sus partidos mediocres y afianzándose como el DC titular. de nuevo, el empate. Y casi sin haber reducido las pulsaciones tras celebrar el 2-2, Nacho se encontraba con un balón perdido en la frontal del área y le daba con el alma, poniéndola donde ningún portero humano llegaría. 2-3. Estaba hecho.


Pasaban los minutos y España controlaba. Eran 3 puntos sumados cuando arrancamos con todo en contra. 3 goles marcados a Portugal, que no es una cualquiera y tampoco es que nosotros seamos una máquina de goles. Era idílico. Parecía un cuento de Disney, pero pocas veces los cuentos se llevan a la realidad.


Minuto 87. Recibe Ronaldo de espaldas en la media luna del área. Piqué se vuelve loco y hace lo que nunca debes hacer: una falta a alguien que no encara a portería. Se para el mundo. Cristiano tiene una falta al borde del área. 45 ha tirado en los 3 Mundiales previos que ha disputado y no ha marcado ninguna. Pita el árbitro, corre Cristiano y el estadio rompe a celebrar un golazo. A la 46ª ha entrado. De Gea, de nuevo, espectador de oro. Ni se ha movido. 3-3. Nos han levantado medio botín en el penúltimo minuto y pudieron levantarnos el botín completo en el último minuto de no ser por un superlativo Jorge Resurrección, Koke, el sobrevalorado, el que no debe ir a la Selección, el que no corre, del que tanto se ha rajado. Quaresma sigue buscando de qué rincón oscuro salió ese hombre en segada para taponar su disparo cuando ya se cantaba el cuarto gol portugués.


Al final, tablas, reparto de goles y puntos y muchas conclusiones. La primera, que Diego Costa tiene ganas de demostrar cosas. La segunda, que seguimos sabiendo tocar la pelota con mimo y hacer estragos independientemente de quién sea el rival. Jugadores como Koke, Silva, Iniesta, incluso Aspas o Thiago cuando salieron dan mucho a un equipo en el que los que restaron fueron Busquets, Piqué y De Gea. Muy mal Sergio, perdido todo el partido y saliendo a tapar balones que no le correspondían, dejando vendidos a los centrales contra gente más rápida que ellos. Muy mal Piqué, subiendo mucho y no cerrando donde debía, amén de la falta. Y pésimo De Gea, con 0 paradas realizadas y 3 goles encajados, sobre todo por la pifia del segundo.


De todas formas, España ilusiona. Primer episodio de la mini serie superado y Hierro, quien ha optado por el continuismo, tendrá que trabajar para mejorar una defensa que hacía aguas y, sobre todo, tener un poco más de visión general de las cosas para meter los cambios antes, dado que hasta el 70 no realizó el primero y se iba notando como iban fallando las fuerzas. Veremos qué decisiones se toman en la portería para Irán, qué cambios se introducen, si vuelve Dani, si Thiago vuelve al once, si Aspas tiene más trascendencia… pero, por lo menos, arrancamos sin perder el primer partido.



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