El Madrid buscará su camino en el Clásico

El clásico les llega en el momento determinante de la temporada. No tienen opciones en liga, pero dependen de las sensaciones del encuentro para afrontar la Champions League, la gran deseada. 

 

Ya van unos meses desde que Zinedine Zidane se hiciera cargo del primer equipo tras la destitución de Rafa Benítez como entrenador. Desde entonces, el equipo ha tenido vaivenes de juego y ánimo que ha dejado pocas conclusiones en los grandes analistas del juego. En primer lugar se notó una mejoría anímica y de dinámica de grupo que no se vio acompañada de una mejoría táctica y parece que hemos llegado a este tramo de la temporada con esas sensaciones. En la actualidad el Real Madrid parece un conjunto feliz (lo que no parecía con el anterior técnico) pero con las mismas carencias que antes, con los mismos errores colectivos, aunque un poco mejor en ataque y un tanto peor en defensa. 

 

La conclusión es sencilla, la de siempre. El conjunto merengue parece capaz de ganar a cualquier gran equipo si está compenetrado, pero la irregularidad es la que marca su camino y lo que un día puede ser el mejor equipo del mundo, al día siguiente está llenando periódicos con actuaciones vergonzosas. Y es que son el equipo del eterno potencial, con una plantilla más que envidiable y todo para ser campeón año tras año. Sin embargo, recorren las temporadas a tramos, tramos de buen juego con tramos de debacles. Y la clave de no seguir la senda del triunfo es la unidad del grupo, ya que en los momentos decisivos es la que te puede llevar a ganar una competición o perderla y caer en la desesperación. 

 

Por ello, esta semana el Real Madrid de Zidane tiene delante la prueba de fuego. Con pocas o nulas opciones en liga, ganar en el Camp Nou daría a los de la capital la suficiente autoestima y confianza para encarar el tramo final de la temporada y luchar hasta el final en la Champions League, sabiendo que son capaces de ganar al mejor equipo de la actualidad. Una oportunidad que no deberían dejar pasar ante un conjunto que ya tiene prácticamente dos títulos en el bolsillo.