Los argumentos que tienes para ver a este Barcelona

Hace unos días reflexionaba mientras veía un partido del Barcelona. No estaba Messi e intentaba autoconvencerme de forma continua sobre eso, de que era la realidad y que no tenía que pensar en ello porque no podría prestar atención. 

Era casi una misión imposible. La larga sombra del argentino va a estar presente sí o sí. Queramos o no, nos guste o no. Al menos este primer año. Pero al mismo tiempo que pensaba sobre la ausencia del argentino intentaba ser consciente de que no es todo tan malo como dicen. Acabé convenciéndome, e incluso llegué a disfrutar con el partido porque sí veía cosas interesantes. Mejor o peor, pero este Barcelona tiene cosas para seguir de cerca. Hay motivos para ver a este Barcelona. 

Es cierto que es un escenario complicado de entender en esta época de bipolaridad, vómitos, negatividad y quejas generalizadas que inunda todo. Por eso creo que escribo sobre ello y no tanto opino en redes sociales. Ahora mismo, mientras escrito estas líneas, pienso en ese escenario de tener que intentar convencer a la gente de que el Barça no está tan mal como dice (¿Quién lo dice realmente? Sería una buena pregunta) y ya siento esa pereza de tener que soltar rápidamente el móvil para no leer según qué comentarios.

¿Ha perdido muchísimo el Barcelona con el adiós de Messi? Por supuesto, claro que sí. Es indudable. Pero, por favor, que no se acaba el mundo, que el Barcelona sigue adelante, que el equipo sigue jugando partidos, que hay jugadores exquisitos como Memphis Depay o de Jong, que hay un portero descomunal como ter Stegen, que Piqué está ofreciendo su versión de mayor liderazgo, que Araujo es un mariscal del juego aéreo.

Insisto, hay cosas interesantes. Quizás es porque lo miro y analizo desde otra perspectiva (de sentimiento y profesional), pero yo disfruto viendo partidos del Barcelona. A mí me encanta ver a Memphis. Podré estar de acuerdo con las decisiones que se toman durante los partidos de los azulgranas, pero pasan cosas, hay estímulos vivos y latentes. ¿Son partidos aburridos? Nunca. Eso es fútbol, eso es espectáculo, ese es el show por el que estoy dispuesto a invertir hora y media de día.

Siempre dije que la época de Pep Guardiola en Can Barça me aburría mucho. Lo digo de corazón. Eran tan terriblemente buenos y superiores a sus rivales que generaban poco (o ningún) interés. Los pocos partidos que me atraían eran las grandes citas, y por el potencial histórico que podía suponer el enfrentamiento, no porque no supiera el desenlace, que se cumplía en el 90% de las veces. ¿Qué emoción había en todo eso?

Lo que ocurre es lo de siempre. Las rutinas, que cuando las trastocan lo primero son todo quejas, comentarios destructivos y nada constructivos. Es lo que está pasando.

Es cierto que un aficionado del Barcelona tiene mayor incerteza ahora que hace un año. Más todavía si se compara con la dinámica de hace una década. Pero, ¿qué tiene de malo? ¿Dónde está el lado negativo de tener motivos para ver qué pasa? Es lo más estimulante que existe. ¿Ganará el Barcelona su próximo partido? ¿Mantendrán la portería a cero? ¿Cuántas ocasiones necesitarán para marcar un gol? Son tantas preguntas que, lejos de parecerme algo malo, me parece súper estimulante.

Y lo digo de verdad, desde el corazón. Lo digo una vez más. Quizás sea producto de que veo el contexto desde fuera, con distancia. Evidentemente no podré sentir la impotencia del aficionado que ha visto marchar al ídolo de su vida, pero que el Barcelona ofrece argumentos para seguirlos de cerca es una realidad instalada que yo (para bien o para mal) ya tengo asumida.