Los apuntes de la primera jornada de La Liga

Si algo se ha podido ver en esta primera jornada liguera es que, una vez más, lo hecho en pretemporada no sirve de nada ni se puede medir en un contexto real. La competición pone a cada uno en su sitio. Las pruebas de los partidos amistosos son eso: pruebas. Cuando llega la hora de la verdad ni unos eran tan buenos ni otros tan malos. 

La igualdad es más grande de lo que parece. De hecho, salvo el Real Madrid y el Sevilla, ambos a domicilio, nadie ha ganado por más de un gol de diferencia. Lo que sí es destacable es el nivel de los recién ascendidos. El Mallorca venció al Eibar ante su afición, mientras que Osasuna ganó en Leganés y el Granada arañó un valioso punto en Villarreal tras empatar a cuatro goles en un choque que mostró que ambos conjuntos tienen trabajo defensivo por delante. 

En un solo partido no se pueden sacar conclusiones firmes de ningún equipo. Quien esta semana parece que ya ha ganado la liga pasará a ser candidato al descenso en cuanto llegue el primer revés. Y viceversa. Claro ejemplo son el Celta – Real Madrid y el Espanyol – Sevilla. Los merengues parecían hundidos antes de empezar, y mostraron una solidez y una pegada que en pretemporada no tuvieron. El Espanyol, por su parte, parecía más rodado que el Sevilla por el hecho de llevar casi un mes compitiendo y por la gran cantidad de caras nuevas que presentaba el conjunto andaluz. Pero, bendito fútbol, los de Julen Lopetegui se llevaron los tres puntos de Cornellà sin apenas sufrimiento.

Por el contrario, el Betis, el Villarreal y el Valencia eran muy favoritos en sus encuentros como locales, pero ninguno sumó los tres puntos. Cosas que suceden en agosto. Igual que la derrota del Barça en San Mamés, que cortó la racha de las últimas diez temporadas, en las que había comenzado el curso con victoria. Una genialidad de Aritz Aduriz dejó los tres puntos en Bilbao para el disfrute de la afición local. 

Imagen de Juan Echeverria

En cuanto a los triunfos por 1-0 tanto del Atlético como del Alavés ante su público, destaca la imagen sólida de ambos conjuntos. Los de Simeone mantienen la solidez defensiva, su esencia. Eso sí, han introducido variantes interesantes que se analizarán en otro artículo. El Alavés de Asier Garitano, por su parte, plasmo en el césped aquello en lo que es un maestro su técnico: gran organización táctica y gol en jugada de estrategia.

En las próximas jornadas se irán definiendo los equipos, sus estilos, sus fortalezas y sus debilidades. Lo que está claro es que la igualdad es máxima y que ganar un partido en la máxima categoría es muy difícil para todos. Hasta octubre o noviembre será complicado extraer impresiones concluyentes de los conjuntos. La liga es muy larga y lo que siempre premia es la regularidad y la constancia. Así se ha demostrado temporada tras temporada.