Los errores de Todd Boehly en el Chelsea

El Chelsea ha firmado una decepcionante, negativa, preocupante y gris temporada. El conjunto Blue no era campeón en Inglaterra desde 2017 ante un imponente ritmo de títulos de Manchester City y Liverpool, pero, pese a ello, pese a no estar peleando por el título, el equipo rendía y plantaba cara.

Sin embargo, esta temporada, además de volver a no ser competitivo, ha firmado un curso deportivo muy por debajo de todo, muy por debajo de lo vivido en los últimos años y muy lejos de lo que se espera deportivamente de un club del prestigio europeo.

¿Cómo ha afectado el adiós de Roman Abramovich en 2021? ¿Qué razones pueden explicar los síntomas diferentes que transmite el Chelsea con Todd Boehly?

INVERSIÓN DESORBITADA

El Chelsea ha superado los 600 millones de euros en inversión esta temporada. Una noticia que debería ser positiva, pero que se ha traducido en términos negativos. Es la realidad. Más allá de triunfar, o arrasar, el equipo ha dado un serio paso hacia atrás. Si uno se para a analizar las últimas temporadas del equipo, había inversión importantes, pero transmitiendo una sensación de control que, ahora, con esta nueva propiedad, ha sido todo lo contrario. No sólo ha sido la histórica cantidad invertida, sino que ha sido casi antagónica a lo vivido los últimos años y con una sensación de haber muy poca planificación de proyecto.

POCA O NINGUNA PACIENCIA

Roman Abramovich había instalado al Chelsea en una rutina de equilibrio, estabilidad y tranquilidad institucional que, en consecuencia, afectaba positivamente al equipo. Sin embargo, Todd Boehly ya ha realizado dos cambios de entrenador en apenas meses y todo apunta a que llegará el tercero este próximo verano. Decidió decir 'adiós' a Thomas Tüchel (seguramente, el mejor entrenador del equipo de los últimos años) y, luego, a su sucesor, a Graham Potter. Una rutina preocupante que, sin duda, tiene en el nuevo propietario un factor totalmente determinante.

CONTRASTE SOCIAL CON ABRAMOVICH

La figura de Roman Abramovich era relevante, pero no vital. Al menos a nivel mediático y popular. La presencia del ruso era importante, todo el mundo sabía que estaba, que seguía muy de cerca al club, pero lo cierto es que no parecía ser nada invasivo. Con Boehly, da la sensación de ser todo lo contrario. En ocasiones, parece que quiere ser demasiado protagonista, como el salvador del equipo, como el dueño que va a salvar al club. Y, de momento, es una decisión absoluta y totalmente errónea.

FUE CAZADO

Tras el encuentro que enfrentó al Chelsea frente al Everton, fue cazado saliendo del estadio, en una de las calles aledañas y afirmó que había sido "un partido de mierda". El duelo había acabado 2-2 con el empate Toffee en el minuto 89 y su opinión fue tan directa y popular como falta de ética y fuera de lugar. Su actitud de persona cercana y humilde es, además de ficticia y de cara a la galería, un factor que no le favorece demasiado.