¿De verdad se creen lo de Harry Kane?

El otro día leía (una vez más) que el Real Madrid podría estar detrás de Harry Kane para reforzar la delantera. E incluso, Woodgate, ex-jugador madridista, recomendaba al delantero inglés que dejara el Tottenham para ganar títulos y, entonces, el Santiago Bernabéu podría ser un lugar perfecto.

Esa vieja escuela. La filosofía rancia, obsoleta, castiza, incluso triste, de que hay que aspirar a la grandeza, a los títulos, a ser el mejor, el más laureado. Me río siempre que leo rumores de este tipo y, todavía más, cuando leo comentarios similares relacionando al club blanco como un lugar único, majestuoso, dorado. No diré que no, porque sería ser ignorante. Pero tampoco diré que sí, porque tampoco es así.

El Real Madrid es grande por su Historia, por su camino, por su historial, por sus vitrinas. Negar la evidencia es mentirse a uno mismo, pero no compro el argumento de que la felicidad está en equipos así. De hecho, creo que hoy en día no son válidos. Es mentira. Clubes históricos que se aferran a su legado para intentar demostrar que son superiores.

El mundo del fútbol ha evolucionado en esa versión tan criticada denominada y conocida ya en la última década como 'fútbol moderno'. Los grandes son grandes por su pasado, pero tienen más competencia que nunca. Y es así. Esa es la realidad incontestable. Existen muchos clubes capaces de retener a sus futbolistas con buenos contratos, con buenas condiciones, con horizontes atractivos para sus jugadores. Y eso cierra puertas. 

Esto hace que me plantee muchas cosas. Históricamente, equipos como el Real Madrid, Barcelona, Bayern de Múnich o Juventus, ¿fichaban a los mejores por su potencial real o porque eran los únicos capaces de ofrecer buenos contratos? Digo esto sin querer menospreciar a nadie. Estos clubes siguen fichando, evidentemente, pero les cuesta más que nunca. Antes llamaban a las puertas de los jugadores con la seguridad de que en un 90% de las veces acabarían seduciendo a sus objetivos y firmándoles. Pero, ¿fichaban por el sueño de jugar allí o por los contratos?

Me pregunto, ahora, entonces, ¿por qué hay tantos jugadores que rechazan este tipo de oportunidades si, teóricamente, son tan irrechazables? ¿Por qué le cuesta tanto fichar al Real Madrid por ejemplo cuando va a por estrellas mundiales? Por el dinero. No encuentro otra explicación aparentemente lógica.

El Real Madrid ha hecho Historia recientemente ganando 3 copas de Europa seguidas. Un hito histórico, que nadie había conseguido. Su potencial deportivo sigue ahí. Pero, ¿por qué, entonces, no acaban de llegar los Salah, Kane, Lewandowski o Mbappé? Una explicación puede ser que son rumores, sin más. Puro humo. Puede ser, quizás. Pero lo cierto es que tras estos supuestos rechazos acaban produciéndose renovaciones con contratos extraordinarios.

Por eso, insisto, me suena castizo, antiguo, rancio, este tipo de noticias que dan por hecho que jugadores como Harry Kane (por volver al comienzo del texto) deben dejar todo, casi sin pensar, por irse a un club como el Real Madrid. ¿No se dan cuenta que Kane es la estrella máxima del Tottenham, que es inglés y está en casa, que su familia vive allí, que es el gran referente de su selección y de su país, que tiene un megacontrato, que vive el mejor momento de su carrera?

¿En serio siguen vendiendo la oportunidad de irse a un equipo histórico como algo irrechazable? Cada vez son más los casos de jugadores que encuentran buenos contratos, buenas condiciones, entornos perfectos a sus necesidades, sin tener que perder la cabeza por 'dejar escapar un tren' que nunca más volverá a pasar.

¿Creéis que, por ejemplo, Jamie Vardy está preocupado por no haber dejado el Leicester? ¿Pensáis que Lewandowski ha cometido un error por no haberse ido al Real Madrid? ¿Pensáis que Iago Aspas está triste por jugar en el Celta de Vigo habiendo demostrado que es un atacante excelente?

Y luego está el factor éxito. Cada vez son menos los jugadores que llegan a este tipo de clubes tan grandes, mediáticos y exigentes a nivel popular, y triunfan. ¿No se dan cuenta? ¿No entienden que el sueño, meta y deseo de los jugadores no es llegar a estas megapotencias porque en otros clubes catalogados como 'menores' encuentran la felicidad?

Hace años me llamó la atención cuando Alan Pardew dejaba el Newcastle harto del propietario para irse al Crystal Palace. Aquel cambio, aparentemente, suponía un paso atrás porque los Eagles estaban mucho peor en la tabla. Aquel cambio, visiblemente, suponía abandonar un proyecto de mitad de tabla para irse a un equipo que peleaba por la permanencia. Muchos se echaron las manos a la cabeza. Pero nadie pensaba en que Pardew iba a tener un gran contrato y se iba a ir a una ciudad como Londres.

Otro caso que se me ocurre mientras escribo esto (por poner otro ejemplo) es el de Vicente Guaita cuando dejó España para irse al Crystal Palace. Otra situación casi idéntica. El portero valenciano dejó su país para irse a un club que no pelea por títulos, que no lucha por los grandes objetivos y se marchaba a una liga desconocida, lejos de casa. Pero, ¿nadie pensaba que se iba a una ciudad tan multicultural como la capital inglesa y con un contrato que triplicaba lo que venía ganando en Getafe?

Dejemos ya de pensar que los jugadores sueñan con fichar por los grandes de siempre. El fútbol moderno ha cambiado las reglas en todos los sentidos. Y sí, Harry Kane quizás tendría más opciones de ganar títulos importantes en un club como el Real Madrid. No seamos ignorantes y queramos faltar a la verdad. Pero sí deberíamos (o deberían) cambiarse ideas establecidas que huelen a cerrado y húmedo en las que parece que los futbolistas sueñan y se excitan por irse a este tipo de clubes. 

Habrá casos y casos. Evidentemente. Pero ya no es (por suerte) algo generalizado ni establecido. ¿Kane debería ir al Real Madrid para triunfar? Si el argumento es por su teórica grandeza, no creo. De hecho, creo que no va a ocurrir. Aquí queda escrito. Pero sí creo que deben cambiarse los argumentos. 

El conjunto blanco, ahora mismo, tiene pocas cosas en su mano mejores que el Tottenham más allá de ese supuesto aura de grandeza, excelencia y extravagancia que, insisto, ya no vale como as debajo de la manga. Y a las pruebas me remito. Sólo hay que mirar la cantidad de supuestos objetivos que nunca llegan. Aunque, me temo, esa corriente antigua seguirá aferrada precisamente a eso, a conservar sus ideales, sus ventanas cerradas, cerrados al cambio. Como en la vida en general.