El VAR indigna a la Premier League
Inglaterra se ha hartado del VAR. El fútbol inglés clama al cielo por esa herramienta del diablo que han impuesto desde hace ya unas temporadas y que, lejos de cumplir su palabra, ha llegado para crear polémicas nuevas y aportar más bien poco.
No es algo nuevo. El VAR llegaba al mundo del fútbol como la herramienta perfecta. Así debían venderla, pero ahora no pueden tener la poca vergüenza de omitir la realidad. No es la herramienta perfecta, ni mucho menos. ¿Ayuda? En un porcentaje sí, quizás, tampoco está destruyendo el fútbol. Claro. Claro que soluciona problemas, pero el porcentaje no es tan determinante, importante y vital como para seguir creyendo en una herramienta que genera más problemas que soluciones.
Imágenes inciertas en las que acaba decidiendo el criterio subjetivo del árbitro. Acciones que quedan anuladas por escasos milímetros (ya ni siquiera centímetros). Tiempos de decisión que, en ligas como España, son dantescos. Una excusa más para restar, más que aportar. Y sobre todo en la Premier League, en la cuna del fútbol, donde nació, donde el deporte rey echó a andar. Los errores y las decisiones son cada vez más, cada vez mayores, y los resultados de los encuentros empiezan a ser determinados más allá de ese horizonte casi perfecto que pregonaban con la llegada del VAR.
En Inglaterra son puristas. El fútbol es cultura, es una herramienta social presente en las comunidades, en su día a día. Dicen que si no sabes de qué hablar con un inglés el fútbol seguramente sea un tema casi al cien por cien de éxito seguro. Y cuando menos se toque su deporte, mejor. Aceptaron la tecnología de gol con más comentarios críticos que positivos. Lo mismo ocurrió con el VAR, pero en este caso los resultados en ocasiones son más dignos de un circo ambulante que de un show de primer nivel mundial.
Inglaterra se ha hartado. El fútbol inglés, sus aficionados, sus medios de comunicación, cuestionan de forma muy seria el uso del VAR. Aquí quiero analizar un caso muy concreto, porque entiendo al aficionado inglés y general, pero al mismo tiempo es la realidad existente.
Pongamos ese ejemplo tan comentado y famoso de fueras de juego milimétricos, que dictaminan la ilegalidad por un hombro, por escasos milímetros, casi irreconocibles para la mirada humana. Vayamos por partes. Éticamente, una decisión que destroza el show, que echa por tierra el espectáculo, que resta el morbo popular del pique entre aficionados. Es una locura, lo confieso. A mí me parece absurdo. Pero debemos ser objetivos, incluso serios. Ante decisiones de este tipo la primera reacción es "¡Pero si son milímetros de nada!". Sí, pero por ridículo que parezca, si uno es capaz de reconocer que es fuera de juego por milímetros, es fuera de juego. Nos guste o no. Es fuera de juego. Que sea ridículo, robóticamente antisentimental, que vaya contra la naturaleza máxima del fútbol, es otro tema.
Luego está el tema de las repeticiones. ¿Qué ocurre cuando los planos no solucionan nada? ¿Qué ocurre en esos casos vividos en España en los que el VAR queda inoperativo, que no funciona, que no ofrece los planos reales o perfectos para su uso? Lamentable. Es ahí cuando uno se pregunta si realmente es una herramienta útil, si tiene sentido seguir adelante. El VAR llegó para cambiar el fútbol, para ser justo, para acabar con las polémicas. Sus inicios fueron complicados, pero se afirmaba que (como todo en la vida) el tiempo serviría de aprendizaje y para ir maquillando errores. Pero aquellos (supuestamente) fallos anecdóticos se convirtieron en rutina.
El VAR es antinatural, acaba con la vida del fútbol. Es justo, pero no al cien por cien. No acaba con la polémica, no ofrece soluciones por completo, y siempre y cuando tenga que acabar decidiendo el árbitro, creo, opino, que es una herramienta que no debería usarse.
En Inglaterra, en la Premier League, ya empiezan a estar muy hartos. Cada fin de semana, en cada jornada, jugadas concretas que acaban con la paciencia de unos aficionados cuya naturaleza es más pura que en otros países respecto al mundo del fútbol.